Sentir un flechazo nos puede llevar a pensar que existe el amor a primera vista, pero, sintiéndolo mucho, la ciencia dice que no. En una relación de pareja, las fases del amor están más que estudiadas y el paso previo al amor es el enamoramiento, un estado de idealización en el que vemos perfecta a la otra persona cuando aún la estamos conociendo y no sabemos demasiado de ella. Y sí, un flechazo puede pasar tan rápido como una primera impresión al conocer a otra persona.
En 2017, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Zurich, en Suiza, llegó a la conclusión de que el amor a primera vista, como tal, no existe. Según estos investigadores, esto es así porque "en algunos casos se trata de una confabulación de la memoria construida por las parejas para alimentar su relación" y, en otros, "de deseo a primera vista". Sí que existe la atracción a primera vista o flechazo que si va a más puede terminar siendo una historia de amor, pero hablar de amor a primera vista es continuar con tópicos románticos que tal vez solo están en las películas y no en la vida real.
Otro estudio de la Groningen University confirmaba el asunto del flechazo como atracción física. En esa investigación se preguntó a 400 personas por su pareja y se les enseñó fotos de desconocidos para valorar su atracción hacia ellos a primera vista o si les provocaba algún tipo de deseo. En otra prueba, hicieron citas rápidas entre los participantes y les preguntaron qué habían sentido en ese encuentro fugaz. El resultado: cuanto más atractivo físicamente era el participante, más flechazos provocaba. Es decir, los expertos concluyeron que el flechazo solía ocurrir cuando se encontraba al otro muy atractivo, pero nadie sintió amor a primera vista.
Cómo surge un flechazo
Cuando conocemos a alguien por primera vez o incluso cuando nos cruzamos con otra persona por la calle, puede haber una atracción inmediata y un sentimiento de querer conocer a esa persona de manera irrefrenable. Ese flechazo se puede producir en cualquier sitio y con tan solo un cruce de miradas. Y aquí es donde muchos confunden ese flechazo con el amor a primera vista.
Para que haya amor, una pareja debe tener puntos en común, debe conocerse y no idealizar al otro, ya que ahí hablaríamos de amor platónico, un amor romántico e idealizado que en la realidad no existe o es realmente complicado que termine bien.
Según el estudio de la Groningen University, tres de cada cuatro solteros aseguran haber experimentado un flechazo al menos una vez en la vida y esto les ocurre más a ellos que a las mujeres, un 41 por ciento frente a un 29 por ciento en el caso de ellas. No podemos confundir el amor a primera vista con el amor maduro o auténtico, en el que intervienen sentimientos como el cariño, la lealtad, la libertad y el respeto mutuos y desde un plano no solo físico sino también emocional y vital.
Señales que siente nuestro cuerpo
Sabemos que cuando nos enamoramos segregamos una hormona llamada oxitocina que nos hace sentir bien y nos lleva a un estado de excitación en el que lo que priman son las emociones positivas. Pero hay señales más físicas y notorias que nos hacen pensar que estamos ante un flechazo o una atracción física muy grande que nos lleva a querer estar con esa otra persona.
Se suda más cuando se está cerca de esa persona que nos hace sentir esa atracción. Sube nuestra temperatura corporal y algunos se ruborizan al estar cerca de esa persona. En algunos casos eso puede hacer que la persona que siente ese flechazo se muestre más nervioso o inseguro que de costumbre o que incluso se bloquee cuando esté delante del otro.
Seguro que alguna vez te has quedado sin palabras o no has sido tan natural como de costumbre al estar frente a alguien que te gusta. Tratar de agradar o de impresionar al otro nos puede llevar a un estado de nerviosismo que tal vez cause el efecto contrario en la otra persona.
Además de la sudoración, la presión arterial puede subir, ya que una situación así es como si nos dieran un 'chute' de adrenalina que nos pusiera a mil por hora. Cuando esa persona ya no esté delante, seguro que en las horas posteriores te preguntarás más cosas sobre él, sobre su vida o te imaginarás conversaciones o situaciones a su lado, pero después de unos días, esa sensación irá desapareciendo y quedará solo un recuerdo lejano, ya que el verdadero amor es el que se cultiva día a día y con el paso del tiempo, cuando conectas no solo de manera física, sino emocional.
Por qué existe el flechazo
Lo que creemos que es amor a primera vista, como hemos dicho, no suele ser más que un flechazo (o un ‘crush’, en lenguaje millennial) que generalmente no suele ir a más. De hecho, los flechazos no son más que una fuerte atracción física por otra persona a la que ni conocemos. Esto puede suceder en ocasiones en las que la persona se siente sola y es una especie de compensación de ese sentimiento de soledad que le invade. Se sienten ganas de conocer a alguien por el que sentir amor y esa atracción se suele confundir con amor a primera vista.
Además, muchas de las personas que habitualmente sienten flechazos suelen tener dentro un miedo a la soledad o a envejecer sin una pareja al lado. Eso hace que se idealice a personas que tal vez ni conoces y que luego quizá no son tan perfectas para ti como pensabas en ese primer momento de acercamiento. Esto suele suceder cuando estamos ante un flechazo: conocemos a alguien, sentimos una fuerte atracción por él y tras un encuentro vemos que no es tan maravilloso o que realmente no tiene tanto en común con nosotros como habíamos imaginado en nuestra mente.