La infidelidad no siempre es un motivo de ruptura y no todas las parejas actúan de la misma manera cuando descubren que la otra persona les ha sido infiel. De igual manera, no todas las infidelidades tienen el mismo origen ni se llevan a cabo de la misma manera ni con la misma intencionalidad o conclusión.
En una infidelidad influyen multitud de factores que van desde los sexuales a los sociales pasando por los individuales. Aunque cuando escuchamos esa palabra enseguida nos viene a la cabeza una infidelidad desde el plano más íntimo, no siempre es así y puede que alguien sea desleal a la otra persona sin que mantenga relaciones sexuales con una tercera. Es mucho más complejo de lo que a simple vista puede parecer.
Según los datos extraídos del estudio 'Infidelidad y evolución de las relaciones no monógamas en España y Europa' realizado por la consultora Yougov para Gleeden, un 42 por ciento de los hombres españoles y un 31 por ciento de las mujeres han sido infieles alguna vez, lo que representa la cifra más baja de los países europeos. El estudio afirma que seis de cada 10 personas españolas que ha sido infiel no se arrepiente.
Además, el 17 por ciento de los hombres y el 10 por ciento de las mujeres serían infieles si supieran que sus parejas no les iban a descubrir, y dos de cada diez se lo podrían llegar a plantear. En cualquier caso, es la cifra más baja de Europa: los europeos más predispuestos a la infidelidad son los franceses y los belgas. Como dato positivo: la franja entre los 25 y 34 años tiene un porcentaje muy alto de personas que consideran que se puede ser fiel toda la vida.
Por eso, es necesario conocer qué tipos de infidelidad hay, aunque como siempre decimos, cada pareja es un mundo y tiene sus propias reglas y límites también en este asunto. Cuando hablamos de tipos de infidelidad, podemos dividirlos en varios grupos: infidelidad por naturaleza (sexual o emocional); por la intención (directa o indirecta); por el medio por el que se lleva a cabo (virtual o física); por las implicaciones emocionales (por impulso o emociones); o por los motivos que llevan a cometerla. Analizamos una a una.
Naturaleza de la infidelidad
En este grupo encontramos dos tipos de infidelidad. La infidelidad sexual es aquella en la que un miembro de la pareja mantiene relaciones sexuales con otra persona que no es su pareja y lo hace de forma oculta y probablemente solo en una ocasión. Es sin duda el tipo más común y reconocible. Suelen ser únicamente relaciones físicas y no nadie se implica de manera emocional a un nivel profundo ni hay una conexión más allá de la sexual.
En el lado opuesto estaría la infidelidad emocional que no siempre requiere que haya también una infidelidad sexual y puede quedarse solamente en el plano emocional y de la conexión sentimental. Se produce cuando una persona siente algo por otra fuera de la pareja y se genera poco a poco un vínculo amoroso que siempre llega de manera secreta.
Existe complicidad, química, coqueteo y conexión especial con esa persona pero no necesariamente tiene que haber relaciones íntimas ni antes, ni durante ni después. En muchos casos, el infiel no ve aquí una infidelidad por ese motivo, pero en casi todas las parejas, cuando sale a la luz suele ser mucho más dolorosa y difícil de superar que cuando se habla de una meramente sexual. Según los expertos, este tipo se da más en mujeres que en hombres.
Por la intención
La diferencia entre una infidelidad directa e indirecta es fácil. En la primera hay una intención clara de ser infiel, es algo casi planificado y se es muy consciente de lo que se está haciendo hasta que se consuma. Se da en personas que no creen en la monogamia y tienen relaciones conscientes con otras personas aunque estén en una relación de pareja. En la indirecta, la infidelidad se da sin haber sido planificada, casi de manera repentina o accidental al sentir un fuerte deseo por otra persona que llega de manera inesperada. A veces se produce en un mal momento vital cuando otra persona es muy cercana a nosotros.
Infidelidad virtual o física
Aunque hace unos años no era lo habitual, ahora la infidelidad virtual está a la orden del día. Hablamos de una deslealtad a través de las redes sociales o medios tecnológicos por los que surge una relación con otra persona y no va más allá. Puede haber mensajes, intercambio de fotografías, audios o vídeos, pero en la mayoría de las ocasiones no hay un contacto físico real. En la física, obviamente hay un contacto personal y físico. Son encuentros con la otra persona generalmente en secreto y de manera furtiva para que la otra parte de la pareja no se entere.
Con o sin sentimientos
Al hablar del tipo de involucración separamos la infidelidad con una involucración emocional de la que no la tiene. En la primera, hay una conexión más allá de lo físico entre el infiel y la otra persona, se produce un vínculo afectivo fuera de la relación de pareja. Si es por impulso se da única y exclusivamente para satisfacer un momento puntual de deseo sexual y no va más allá. Suele darse en personas que buscan reafirmarse a nivel íntimo o aumentar su autoestima y sentirse deseados por más personas que no sean su pareja.
Aquí podríamos incluir también otros tipos de infidelidad por diferentes motivos, que van desde un abuso de sustancias que hagan que no se puedan mantener los impulsos; por baja autoestima para reafirmar que siguen siendo atractivos y válidos en el plano sexual; por sustitución, para cubrir alguna necesidad o carencia de la pareja sentimental; o para terminar una relación que no se ‘sabe’ cómo acabar y se busca una excusa clara para que el otro le deje (aquí ya cada pareja tendría sus motivos para romper una relación, desde la rutina a la insatisfacción personal o sexual, la dependencia emocional…).
SANCAD
¿Cuándo van a hablar de la infidelidad pasiva? ¿Por qué nadie toca ese tema y sólo hablan de la infidelidad activa?