Cita marcada en rojo en Fráncfort. El Banco Central Europeo (BCE) previsiblemente mantendrá la senda de recortes de los tipos de interés que activó en junio y aplicará el próximo jueves, 12 de diciembre, la cuarta rebaja de este año. Ahora, la institución se debate entre ir más rápido de los previsto ante las amenazas de recesión en Europa o ir con cautela hasta dar por finalizada la crisis de precios desde 2022.
“La trayectoria de nuestra política monetaria está clara: si se confirman nuestras previsiones, seguiremos haciendo menos restrictiva nuestra política monetaria", anticipó a finales de noviembre Luis de Guindos, vicepresidente del BCE. Será el segundo recorte del precio del dinero consecutivo (tras el aplicado en la última reunión de política monetaria de octubre).
El mercado apuesta por otra rebaja de 0,25 puntos porcentuales ante la cautela del BCE, que se juega su credibilidad si da por controlada la inflación antes de tiempo. De hecho, el IPC de la zona euro repuntó en noviembre hasta el 2,3%, por encima del objetivo sacrosanto de Fráncfort. Un dato que aplacó la expectativa de algunos inversores, que empezaban a apostar por un recorte de medio punto porcentual.
El BCE tendrá que hacer equilibrios entre el control de precio y las alertas de recesión económica. Alemania, la locomotora europea, corre el riesgo serio de caer en recesión en 2024, mientras que Francia, el otro motor, está inmerso en un caos político que pone en duda el ajuste fiscal que exigen los inversores y suso. Con las dos potencias europeas sufriendo, lo más probable es que el banco central se decante por una solución salomónica: seguirá bajando los tipos, pero sin prisas.
Y los halcones, aquellos miembros del BCE que priorizan el control del IPC por encima del crecimiento económico, ya han marcado sus líneas rojas. Robert Holzmann, gobernador del banco central de Austria y considerado uno de los miembros más conservadores del eurobanco, dejó abierta la puerta a un recorte de 0,25 puntos, pero frenó cualquier expectativa de ir más allá.
Camino hacia el 1,75% a finales de 2025
Los inversores esperan que el BCE recorte las tasas de interés en cada una de sus próximas reuniones al menos hasta junio. Se prevé que la tasa de depósito, de referencia desde septiembre, pase del 3,25% actual al 1,75% en 2025. Un nivel considerado por muchos economistas como neutral, a partir del cual no tiene efectos sobre el crecimiento.
“Creemos que el obstáculo para que el BCE reduzca las tasas en 50 puntos básicos en una reunión es extremadamente alto y que, en cambio, recortará las tasas en 25 puntos básicos en cada una de sus próximas seis reuniones”, señalan los analistas del banco privado suizo Julius Baer.
La presión para el Banco Central Europeo va en aumento, también desde el otro lado del Atlántico. La amenaza de Donald Trump de imponer aranceles de hasta el 20% a las importaciones europeas darían otro golpe considerable a la maltrecha situación económica en Europa, lo que obligaría a apretar más rápido el botín de las rebajas del precio del dinero.
Ahorros para los hipotecados
El organismo dirigido por Christine Lagarde presentará sus proyecciones macroeconómicas actualizadas en su reunión de diciembre. En su última actualización de septiembre los expertos de la institución estimaron que la inflación se situaría en el 2,5% para 2024, el 2,2% para 2025 y el 1,9% para 2026. Las nuevas previsiones marcarán la senda de la política monetaria de los próximos meses.
El euribor, el principal indicador al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas en España, ya ha descontado el movimiento del banco central. En noviembre cayó por octavo mes consecutivo, hasta el 2,506%, lejos del 4,022% de un año antes. Marcó de este modo su caída más pronunciada en 15 años y supondrá un ahorro medio de unos 1.500 euros al año para los hipotecados a los que le toque revisión.