Lo cierto es que el presidente catalán, Artur Mas, ha elegido una de las peores semanas posibles para llevar su mensaje independentista y de agravios que, a su juicio, padecen los catalanes ante los despachos del poder de la Comisión Europea, en Bruselas. La crisis para conocer el desenlace de Grecia y sus acreedores ha eclipsado el enésimo intento por hacerse escuchar y por que el presidente de la Comisión Europea, el popular Jean-Claude Juncker, le reciba tête à tête. El dirigente catalán se ha quedado de nuevo con el silencio y otro plantón como respuesta.
Únicamente la comisaria de Transportes, Violeta Bulc, ha accedido, por menos de media hora, a reunirse con Mas. Al president que representa en Cataluña al Estado –el español- que no respeta y que quiere destruir con su órdago independentista le ha recibido también el presidente del territorio flamenco de Bélgica, otro líder independentista cuyo sueño se basa en romper la monarquía de los belgas… casi fiel reflejo de lo que pretende Mas en plena crisis económica: romper el sistema constitucional de la España autonómica nacida en 1978.
Los que han acompañado a Artur Mas en Bruselas confiesan a este Buscón que el motivo oficial de la visita del presidente de la Generalitat no era otro que la firma de una declaración política conjunta entre el gobierno catalán y el de Flandes, y la renovación del Programa de trabajo Cataluña-Flandes 2015-2017.
Primer fracaso de Francesca Guardiola, la hermana de Pep
Este nuevo fiasco de Artur Mas en su intento por reunirse con las altas instituciones comunitarias sucede un día después de que Mas nombrara a dedo a la hermana de Josep Guardiola -entrenador del Bayern de Münich y forofo del Fútbol Club Barcelona y declarado independentista-, Francesca Guardiola nueva directora general de Asuntos Exteriores de la Generalitat.
El hecho de que Mas no haya llegado más arriba para reunirse con comisarios de más peso de la UE y con el propio Juncker supone el primer fracaso “diplomático” de Francesca Guardiola y del polémico representante de la Generalitat catalana en Bruselas, Amadeu Altafaj, otro declarado independentista que cobra alrededor de 90.000 euros anuales en Bruselas.
Artur Mas también ha tenido tiempo para visitar a la Delegación del gobierno catalán –considerado como una región española más en las instituciones comunitarias- ante la Unión Europea, donde ha saludado al personal que trabaja en esta oficina, así como los trabajadores de las Agencias de la Generalitat que tienen representación en la capital comunitaria.