Esta semana arranca la nueva campaña de frutos rojos en Huelva. Los campos onubenses de Moguer, Almonte, Lepe, Cartaya, Lucena del Puerto, Gibraleón y Palos de la Frontera reúnen el 80% de estos cultivos. Se trata de un sector próspero al que, sin embargo, le falta mano de obra.
Los agricultores llevan años pidiendo más facilidades de contratación. El año pasado, en Andalucía se ofertaron a través de los servicios de empleo 11.000 vacantes, solo 100 plazas fueron ocupadas, ni un 1%. La solución a esta carencia está más allá de nuestras fronteras. Este año, habrá 6.000 contrataciones más en origen y el sector ha ampliado sus miras a países con mano de obra como Guatemala, Senegal, Gambia o Mauritania.
“Necesitamos poder incrementar la contratación en origen, es nuestra prioridad”, nos cuentan desde UPA (Unión de Pequeños Agricultores), que piden al Gobierno “habilitar los cauces para contratar a personas que ya viven en nuestros pueblos pero que por problemas burocráticos no nos es posible contratarles”, además de ampliar los países en origen como las condiciones para acceder a estas contrataciones.
UPA representa al mayor porcentaje de explotaciones, ya que el tejido agrario está compuesto en un 85% por pequeñas explotaciones o entes familiares. “Somos 80 mil en España y en los frutos rojos también somos mayoritarios”, por lo que su demanda cobra relevancia. “Aún estamos demandando 10.000 puestos de trabajo para la recolecta de la campaña de fresa”, dice Manuel Piedra, secretario General de UPA Huelva, quien ha viajado a los países de origen para acelerar la contratación.
6.000 nuevas contrataciones resultan insuficientes
Desde UPA confirman que este año habrá 6.000 contrataciones añadidas. En total, 20.000 personas llegarán a los campos onubenses para participar en la campaña. No es la primera vez que se realiza esta contratación, pero sí es el contingente más numeroso que se ha realizado hasta ahora.
“Este es el modelo a desarrollar, llevamos tiempo insistiendo en ello”, ha comentado Piedra. El sistema es el de gestión colectiva de contrataciones en origen (GECCO) y este año establece un periodo máximo de estancia de los trabajadores de hasta 9 meses. Tras este periodo que abarca una serie de cosechas principales, los trabajadores deberán retornar a sus países de origen. El año siguiente, podrán volver en función a su antigüedad e idoneidad.
“Necesitamos orden y certeza”, recalca el secretario general. Que las condiciones son óptimas y evitan los riesgos de la inmigración ilegal lo demuestra el hecho de que, de las 20.000 personas que vienen a esta campaña, 14.000 repiten la experiencia. La gran mayoría provienen de Marruecos, desde donde viajan 13.000 jornaleras marroquinas.
La crisis de la mano de obra se siente en el sector sobre todo entre marzo y mayo, cuando coinciden los puntos álgidos de productividad de fresas, arándanos y frambuesas. Es precisamente en ese momento de la campaña cuando los trabajadores nacionales que hay suelen cambiar de sector y empiezan a trabajar en la hostelería; por ello, desde UPA siguen empujando para pedir más apoyo para la contratación en origen.
Este año, tras la sonada visita de Pedro Sánchez a países del Sahel y el Magreb, vendrán nuevos contingentes de Mauritania, Gambia y Senegal. Sin embargo, estos países sólo representan a 350 de las 6.000 nuevas contrataciones que se han habilitado esta campaña. De las nuevas plazas habilitadas, la mayoría vuelve a ser ocupada por Marruecos (4.000), y 500 contrataciones en cada uno de los siguientes países: Honduras, Colombia y Guatemala, que aparece como nuevo punto de contratación en origen.
Los traslados de los 20 mil jornaleros se financian entre el ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y los propios empresarios agrarios, “cada operario implica una media de 900 euros en la gestión de su traslado”, detalla Piedra. Huelva es pionera en un sistema que nació en la localidad de Cartaya, donde se habilitó este sistema de contratación en 2005. En aquel entonces, era una programa piloto con la Agencia Nacional de Empleo y las Competencias (ANAPEC) de Marruecos. Hoy, más que una anécdota, es la tabla de salvación para el sector y para las zonas rurales de Marruecos.
Empleo para zonas rurales y para mujeres sin oportunidades en sus países
De los 20.195 trabajadores, la mayoría son mujeres (13.695). En 2012, la Universidad de Huelva realizó un perfil medio de las trabajadoras: mujeres, de mediana edad, casi la totalidad tenían hijos a su cargo y en un 75% de los casos eran analfabetas y de áreas rurales. Más del 65% carecía de un trabajo remunerado en su país, el salario medio era de 107,7 euros/mes en Marruecos. En España, sus ganancias superan los 1.000 euros netos por mes. Desde UPA calculan que este sistema traslada a los países en origen más de 80 millones de euros.
El sector de la fresa y berries genera en Huelva más de 100.000 puestos de trabajo y compromete al 70% de toda la agricultura onubense. Tras la pandemia se han superado con creces los mil millones de euros en exportaciones. Sin embargo, este sector robusto tiene muchas sombras. La más ominosa son los asentamientos chabolistas en los que malviven cerca de 2.000 personas.
La Asociación Cultural de Mazagón, que trabaja en estos ámbitos de exclusión, cifra en cerca de 120 los poblados chabolistas que hay en Andalucía, 40 de ellos en Huelva y el resto en Almería. Las 10.000 vacantes de empleos en Huelva que la contratación en origen no cubre son el caldo de cultivo perfecto para que estos espacios en los que malvive mano de obra contratada ilegalmente proliferen. Desde UPA insisten, la contratación GECCO "no puede estar cerrada y debe abrirse a empresarios que reúnan las condiciones y que quieran entrar por primera vez a contratar personas por este procedimiento”.