El cerebro de un adolescente está en pleno crecimiento, por lo que abusar de una pantalla digital puede generar consecuencias muy importantes en su día a día y de cara al futuro. De hecho, muchos países ya han puesto en marcha diferentes medidas para fomentar el distanciamiento entre los dispositivos móviles y los menores de edad, incidiendo en que en muchos casos se constata una notoria y significativa disminución del cociente intelectual en dicho grupo.
Ante tal panorama, la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha publicado un informe aplicando y resumiendo las consecuencias y recomendaciones derivadas del debate social sobre la edad adecuada para el uso de los teléfonos, tablets y demás aparatos inteligentes por parte de la población infantil.
La AEP es una sociedad científica que representa a cerca de 13.000 pediatras que trabajan tanto en el ámbito hospitalario como de atención primaria. La asociación tiene como principal objetivo velar por la adecuada atención sanitaria, fomentar el desarrollo de la especialidad (tanto en sus aspectos asistenciales como en los docentes y de investigación) y asesorar a todas aquellas empresas e instituciones competentes en asuntos que puedan afectar a al salud, desarrollo e integridad del niño y del adolescente. De este modo, la AEP ofrece a la población diferentes informes y comunicados sobre cuestiones de salud infantil a través de su página web.
En este caso, la organización española ha decidido formar parte de una discusión social masiva. Con el auge de la tecnología, los niños del siglo XXI están creciendo pegados a una pantalla. Bien sea de un teléfono móvil, de una televisión, de un ordenador o de una tablet. Según estudios del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), el 95% de los menores de 16 años utiliza un ordenador y el 98% se conectan a diario a Internet (con diferentes fines). Paralelo a estos datos, UNICEF también destaca que 7 de cada 10 menores de edad (18 años) disponen de un teléfono móvil propio al cual suelen acceder desde los 11 años, en su mayoría.
Todas estas cifras ponen en evidencia cuál es el centro del debate generado en la actualidad: cuándo es recomendable que los niños y adolescentes usen los dispositivos inteligentes. Preocupados por el impacto que un uso excesivo de las pantallas digitales pueda tener sobre su bienestar, la AEP ha elaborado un particular comunicado manifestando las principales consecuencias de un mal uso de estos aparatos, así como una serie de recomendaciones y consejos sobre cómo prevenir los casos expuestos.
Las consideraciones de la AEP sobre el uso de dispositivos móviles en menores
El Comité de Promoción de la Salud Digital de la AEP ha sido el encargado de redactar el documento presentado en la propia web de la asociación, donde se citan seis diferentes consideraciones generales, a modo de advertencias, sobre el debate del uso de los teléfonos móviles en menores. La primera de ellas: "el mal uso de la tecnología digital afecta a la salud física, mental, sexual y social de los niños y adolescentes". En estos períodos, sobre todo, el neurodesarrollo y el aprendizaje se ve muy afectado por el uso de las pantallas electrónicas, por lo que un abuso de estas podría suponer un mal desarrollo de ambos funcionamientos.
Además, la AEP determina que los estudios científicos no han llegado a demostrar, por el momento, que prohibir el uso de estos dispositivos suponga un beneficio para la salud. De este modo, se informa también que el peso que tiene la edad a la que se empieza a usar el dispositivo es relativo y complementa a muchos otros aspectos que también toman partida en esta ecuación. Por ejemplo: el uso que los progenitores hacen de los dispositivos, el contenido que se consume o la madurez al comenzar a usar las pantallas.
Un tercer aspecto es que la AEP considera necesario que se desarrolle una normativa que exija a las aplicaciones dirigidas a niños el cumplimiento de ciertas obligaciones. Pero aquí también juega un papel importante el control de los padres a la hora de dejar poner los móviles en manos de sus hijos. Porque de nada serviría aplicar medidas si luego en casa no se rema a favor. Entre otras ideas, la AEP aporta: que estas redes vengan acompañadas de recomendaciones (lanzando un toque de atención sobre todo hacia la exposición de menores en redes sociales) o de un limitado tiempo de uso que no exceda el aconsejado para cada grupo de edad.
Todo esto requiere, como se ha mencionado anteriormente, de una acción colectiva y consensuada entre los progenitores, los centros escolares, las instituciones dedicadas a la protección de la infancia, las empresas tecnológicas y la sociedad en general. Pero este cuarto aspecto parece algo incompetente, por el momento. Básicamente porque para ello, tal y como apunta también la AEP, es necesaria una educación y formación dedicada tanto a la infancia como a las demás partes involucradas en el problema. Solo así se podría reducir el impacto negativo de los medios digitales.
El Plan Digital Familiar de la AEP
Por último, ante la necesidad de los pediatras de disponer de una herramienta para asesorar de forma colectiva y homogénea a las familias, la AEP, esta vez en combinación con la Asociación Española de Protección de Datos (AEPD), ha diseñado un Plan Digital Familiar; una guía con recomendaciones del uso de los móviles en la infancia y la adolescencia. Entre las pautas principales destacan tres ideas: los niños de 0 a 2 años no deben usar estos aparatos; de 3 a 5 años pueden utilizarlos pero menos de una hora al día; y a partir de 5 años lo lógico es sumarle una hora límite (no más de 120 minutos al día).
Sobre la edad conveniente para regalar un móvil a los menores, la directora de la AEPD, Mar España, recuerda la propuesta por la Policía Nacional: los 14 años. Los pediatras creen que depende de la maduración evolutiva de cada niño, pero constatan que cada vez lo reciben antes y esto es un problema. Actualmente, la media se sitúa en los 11 años, un factor que a su vez incrementa los delitos sexuales de menores. Al ser menos consciente de los peligros que existen en la red, los menores navegan y conversan sin ningún tipo de temor y ya no está en juego únicamente su desarrollo cognitivo.
Pero la AEP recuerda tener siempre presente que la herramienta más poderosa que tienen las familias es el ejemplo de ellos mismos. Los pediatras ven fundamental que los padres hagan también un buen uso de los aparatos electrónicos y minimicen, en la medida de lo posible, su uso en presencia de los menores de la casa.
