El empacho en Navidad está garantizado. No hace falta consultar a los expertos para ser conscientes de la realidad que año tras año se vuelve tan palpable en las casas de los españoles. Un trozo de pan por aquí, una copa de vino por allí y así hasta el último de los bombones que presiden la cesta del postre final. Pero el verdadero problema llega al recoger la mesa. Es ahí cuando todo el mundo hace hincapié en lo mismo: hay más cantidad de platos con sobras que personas. Y eso que el año pasado también se advirtió de ello.
Porque en otra cosa a lo mejor, pero en cuanto a comida nos referimos es difícil que un español sea superado por alguien. Tanto en cantidad como en calidad. Y esa idea la defienden miles y miles de turistas que acuden a diferentes partes del territorio nacional para disfrutar de la mejor manera posible de unas vacaciones. Es más que evidente que España es conocido por ser un país de buen comer y que lo normal es que allí donde vayas siempre acabes hinchado. Incluso puede que no termines de comerte todo lo que has pedido.
Pues exactamente eso mismo ocurre en Navidad y en todas las comidas o cenas: por mucho que se intente, es difícil acabar con toda la comida preparada para estos días "mágicos". Es más, tal y como señalan Unilever y el Ministerio de Agricultura, un 26% de los españoles desperdicia alimentos durante las celebraciones de Navidad. Esta es, además, una de las conclusiones que se extrae también del ‘Estudio de Consumo Navideño 2022’ de la consultora Deloitte en el que también se destaca que la alimentación es una de las categorías que concentrará mayor volumen de gasto estas fechas, con un 36% en total, y que el 79% de los consumidores son cada vez más conscientes que deben reducir el desperdicio.
Es por ello que es bueno recordar que la última palabra siempre la tiene uno mismo: tanto a la hora de comer como a la hora de cocinar y preparar platos. Para hacer frente a esta situación y con el fin de ayudar a reducir ese exceso de comida durante Navidad, la propia empresa multinacional británica propone trucos, consejos y numerosas ideas a través de una guía práctica estructurada en tres grandes apartados: planificar previamente las comidas, el momento de preparar todo y cómo reutilizar las sobras adecuadamente.
¿Qué hacer con las sobras de Navidad? Estos son los consejos principales
El dossier propuesto por Unilever analiza como primer punto clave organizar bien el menú antes de coger la comida de Navidad. Es necesario prever aquello que se va a consumir y ajustar las cantidades adecuadas de los ingredientes para el número de comensales e invitados. Posteriormente a la planificación, será clave también hacer una correcta compra a través, por ejemplo, de una lista con los productos y alimentos necesarios para la comida.
Al terminar, mucha de la comida sobrante puede convertirse en un gran aliado para cocinar recetas de reaprovechamiento, muy típico en nuestro país y aún más en esta época del año. Algunas de las recetas que propone la guía con el sobrante de los menús son croquetas o canelones con el resto de pollo, pasta integral con verduras y mermas de pavo, quiche de langostinos, con el cochinillo pueden cocinarse unas lentejas, con el cordero un arroz caldoso, etc.
Sin embargo, no todo el mundo controla los métodos y las ideas básicas que atañan a las sobras de la Navidad, desde saber cómo congelar bien la comida hasta qué utilizar en cada caso, por ejemplo. Porque muchas veces se pone incluso en riesgo la propia salud por no saber muy bien qué hacer con estos restos. Es por ello que los chefs expertos en aprovechar todo tipo de comidas apuntan hacia 5 errores puntuales que no hay que cometer a la hora de guardar y de reutilizar posteriormente las sobras alimenticias de la Navidad.
Por ejemplo, lo más habitual en estos días es congelar para otra ocasión la comida porque no apetece comer lo mismo del día anterior. Ante este panorama, se apuntan dos cosas: la comida suele pasar demasiado tiempo en la mesa antes de guardarla en la nevera o en el congelador, con lo cual ya tiene un proceso propio de descomposición (por lo que no es aconsejable congelarlo todo) y que en caso de que se acabe congelando, comprobar bien los recipientes (que sean herméticos y estén sobre todo desinfectados) por ello mismo. De la misma manera, si existen sobras individuales lo más recomendable es utilizarlo rápido cualquier otra comida.
Por otro lado, también hay que prestar atención a qué hacemos con cada alimento. Por ejemplo, las sobras de verduras van genial para hacer una crema suave después, pero la carne es mejor que sea utilizada desmenuzada sobre un consomé o una crema antes que meterla en la batidora. Al igual que no es lo mismo comerse una dorada o una lubina al horno que recalentada, pues para las sobras de pescado de las Navidades se recomienda hacer un escabeche de críticos y conservar ahí el pescado jugoso y con su sabor.
Por último, los restos de los postres de Navidad son una bomba calórica que no conviene comerse en abundancia ni mucho menos por compromiso o por no querer tirarlas. Con ellas se puede ir también mucho más allá de lo que se piensa. Por ejemplo, el turrón es perfecto para preparar un batido energético mientras que con el roscón de Reyes se puede hacer un pudin desmenuzándolo.