125.000 es la cifra de los permisos de admisión de refugiados que ha fijado el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el país para el próximo año. A la par que este anuncio, el secretario de Estado, Antony Blinken, ha informado de que durante el periodo fiscal 2024, el territorio acogió a 100.000 personas, el mayor dato anual en tres décadas.
Según el aún inquilino de la Casa Blanca, que firmó a principios de junio una orden ejecutiva con una agresiva medida migratoria, ha defendido que esta decisión "está justificada por preocupaciones humanitarias y de interés nacional".
Asimismo, el mandatario ha informado de que estas 125.000 personas refugiadas se distribuirán de forma regional. En concreto, Estados Unidos permitirá la entrada de entre 35.000 y 50.000 personas de Latinoamérica y el Caribe, entre 30.000 y 50.000 de África, entre 30.000 y 45.000 de Oriente Próximo y Asia Meridional, entre 10.000 y 20.000 de Asia Oriental y entre 2.000 y 3.000 de Europa y Asia Central.
Biden ha explicado que "los rangos de asignación anteriores tienen por objeto proporcionar flexibilidad a medida que surjan las necesidades, pero el total de admisiones entre todas las regiones no puede superar las 125.000". También ha especificado que existe la posibilidad de "transferir admisiones no utilizadas asignadas a una región en particular a una o más regiones si existe la necesidad".
El secretario de Estado ha destacado que los refugiados "contribuyen a la economía local" y que, en los últimos 15 años, han aportado casi 124.000 millones de dólares.
Por su parte, el jefe de la diplomacia estadounidense ha destacado que los refugiados "contribuyen a la economía local" y que, en los últimos 15 años, han aportado casi 124.000 millones de dólares. "El reasentamiento ofrece la oportunidad única de una vida mejor a algunas de las personas más vulnerables del mundo en un momento de niveles históricos de desplazamiento global", ha dicho.
Política migratoria de Estados Unidos
La inmigración es una de las principales preocupaciones de los votantes estadounidenses de cara a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre en las que se enfrentan Kamala Harris y Donald Trump, según recogen los sondeos, así como uno de los temas más candentes en la campaña.
En junio, la Administración de Joe Biden firmó una orden ejecutiva con una agresiva medida migratoria, a pocos meses de las presidenciales. El propio Ejecutivo ha advertido de que la mayoría de las personas inmigrantes que intenten cruzar irregularmente la frontera con México, no podrán solicitar ningún tipo de protección o asilo debido a las nuevas restricciones.
La orden más dura de Joe Biden
La orden es la más dura proclamada por el mandatario demócrata desde que llegó al poder en enero de 2021 y supone un importante cambio en cuanto a la política de asilo se refiere. La legislación del país norteamericano estipula que es necesario estar en suelo estadounidense para pedir asilo y que es legal solicitar esta protección incluso tras haber cruzado de manera irregular.
Sin embargo, las nuevas restricciones darán a las autoridades migratorias el poder para deportar o enviar de vuelta a México a la mayoría de personas que detengan en la frontera sur.