Joan Laporta se la juega al límite, entre la espada y la pared. El entorno del abogado y presidente blaugrana insiste en que Dani Olmo podrá jugar la segunda mitad de la temporada pese a la negativa de LaLiga a mantener vigente su inscripción por incumplimiento de las reglas del control económico. Según apuntan fuentes cercanas a las conversaciones a varias bandas entre el club, sus inversores y la patronal de los clubes, lo cierto es que ninguna descarta una solución de un momento a otro tras el fiasco de fin de año, aunque nadie se atreve tampoco a darla por hecha en medio de tambores de moción de censura desde la oposición.
"A fecha de hoy, el Barça no puede alinear a Dani Olmo", se limitaban a apuntar este jueves a Vozpópuli fuentes más que próximas a las conversaciones. El matiz circunstancial que se traslada desde diferentes actores involucrados parece dejar la puerta abierta a que la situación pueda cambiar antes del 18 de enero, cuando el club blaugrana volverá a disputar un partido de LaLiga. Desde Can Barça se ha deslizado incluso que la situación podría resolverse este mismo viernes, de forma que el mediocampista pueda integrar la plantilla el sábado ante el Barbastro por Copa del Rey, y que, en todo caso, se mantendría activa la causa en sede judicial -los juzgados de primera instancia han reforzado la posición de LaLiga- alrededor de la petición in extremis para una nueva licencia a la Real Federación Española de Fútbol -que es la que tiene formalmente la última palabra aunque deba contar con el visado de LaLiga-.
El meollo de la cuestión está, en el fondo, en la interpretación sobre las garantías de cobro presentadas por la directiva blaugrana a la par de su proyecto de palanca alrededor de la venta durante 20 años de la explotación de los palcos VIP del futuro Espai Barça. El club entiende que envió al límite -en búsqueda de la mejor solución- pero en plazo la documentación al alcance de su mano a La Liga para inscribir a Olmo. Sin embargo, a juicio de la patronal tras cotejar la documentación presentada antes del 1 de enero, la proyectada operación seguía sin estar lo suficientemente respaldada por los terceros inversores, trasladando esa responsabilidad al club en cuanto garante de cobro de las mismas.
El Barça reaccionó elevando el asunto directamente a la RFEF horas antes del 1 de enero, donde buscará exprimir las posibilidades de la normativa. Otras fuentes, cercanas al club, matizan que una operación como la de los palcos requería de LaLiga una revisión más compleja que otras, como la de un mero aval al uso, lo que podría justificar nuevos escenarios al respecto.
"Causa mayor o disposición reglamentaria", el meollo en la forma
Por lo pronto, el Barça ha empezado a maniobrar ante la RFEF bajo la asunción de que los defectos encontrados por la patronal exceden en verdad su potestad: alega que hizo todo lo que debía hacer y en plazo, para conseguir tanto la inscripción de Dani Olmo como de Pau Víctor. Lo hará con vistas a conseguir que la Federación autorice la reinscripción de los jugadores por causa de "fuerza mayor o disposición reglamentaria".
La normativa actual impide a un mismo equipo dar a un jugador de alta dos veces en la misma temporada, salvo que el club pueda acreditar alguna de las citadas causas. En este caso, una demora en la presentación y/o validación de las garantías no achacable a sí mismo. En el caso concreto de Olmo, otro de los argumentos pasa por el hecho de que la licencia que perdió era provisional -de seis meses, por la lesión de Christensen-, esto es, no era una licencia al uso ni podía renovarse como tal, lo que a algunos expertos jurídicos cercanos al club lleva a pensar que sería homologable con la excepción de "disposición reglamentaria". Pero entonces, claro, habría que terminar por acreditar el cumplimiento del fair play a través de la palanca y/o un aval.
Fuentes cercanas a las conversaciones inciden así en los contactos que ha mantenido y mantiene Laporta con los inversores tras la palanca con la que el club se ha planteado ingresar hasta 200 millones de euros, así como en la línea de recurrir eventualmente a avales personales para cubrir algunas de estas cantidades. Por el momento, la directiva ha conseguido atar la mitad del montante prefijado por la venta de los palcos VIP, lo cual no sería suficiente para cubrir las inscripciones de Olmo y Víctor pero sí podría allanar las cosas con una pequeña inyección adicional, que podría llegar en forma de aval.
Informantes conocedores apuntan a que dentro del pool de interesados en participar del proyecto aparecen inversores tanto árabes (de Qatar y Dubái) como americanos, con los que Laporta se mantendría en conversaciones en búsqueda de soluciones ingeniosas a través de Anas Laghrari, el banquero de referencia de Florentino Pérez y de la Superliga
Informantes conocedores apuntan a que dentro del pool de interesados en participar del proyecto aparecen inversores tanto árabes (de Qatar y Dubái) como americanos, con los que Laporta se mantendría en conversaciones en búsqueda de soluciones ingeniosas a través de Anas Laghrari, el banquero de referencia de Florentino Pérez y de la Superliga. No todos ellos mostraron la misma celeridad a la hora de garantizar los pagos antes del 1 de enero y hay quien señala que el precio a pagar por el club para solucionar las diferencias sería el de una operación todavía más costosa a largo plazo.
En cualquier caso, la preocupación de la directiva pasa tanto por evitar el bochorno de perder a Olmo en el campo -tras ser fichado en verano- como por eventualmente conseguir margen para más fichajes y/o al menos aplacar el roto económico en esta ventana invernal si lo del mediocampista fuera irreconducible. Y es que a tenor del contrato del internacional español, Olmo puede, ya como agente libre, reclamar la totalidad de su salario hasta 2030. Entre la ficha y la totalidad del fichaje a pagar a su exequipo, el Leipzig -que se iba a amortizar en los seis años-, así como por el deterioro por la pérdida del jugador como activo, el club está expuesto a un roto contable de alrededor de 150 millones de euros dentro de un presupuesto que contempla esta temporada apenas cinco millones de beneficios. Todo ello, claro, a expensas de una eventual renegociación con el jugador.