Empresarios y banqueros de primera fila con intereses en Cataluña temen que después de las elecciones del 27-S, Artur Mas promueva en el Parlamento autonómico una declaración unilateral de independencia, aunque se vea obligado a gobernar en minoría por no haber alcanzado la mayoría absoluta con su singular candidatura de unidad soberanista. Y no descartan que, a continuación, el Gobierno que salga de las urnas, esté presidido por Mariano Rajoy o por Pedro Sánchez, tenga que estrenar la legislatura recurriendo al artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía catalana. “Vamos hacia un auténtico desastre, hacia un periodo de inestabilidad política y económica en Cataluña que puede durar más de dos años y que acabará, probablemente, con Mas barrido del mapa”, asegura un alto cargo de Unió Democrática buen conocedor de las conversaciones que Josep Antoni Durán i Lleida ha mantenido en las últimas semanas con el presidente de La Caixa, Isidre Fainé, con el presidente de Fomento del Trabajo, Joaquin Gay de Montellà, con Antón Costas, del Círculo de Economía, y con otras organizaciones que defienden los intereses del mundo económico y empresarial en Cataluña. Además de tener garantizada una generosa financiación para su campaña electoral, Durán ha podido confirmar para su desgracia que sus interlocutores se atendrán disciplinadamente al pacto de silencio que la mayoría de ellos, con pocas excepciones, han venido manteniendo desde el arranque del proceso soberanista, a pesar de que son conscientes de que éste ha enfilado su recta final y se acerca a la hora de la verdad.
"Los mismos empresarios que se refugian en el mutismo relatan todo tipo de miserias, lo que delata una sociedad miedosa y poco madura", aseguran en el nacionalismo moderado
El PP, Ciudadanos y Unió Democrática, pues, tendrán que resignarse a prescindir del respaldo explícito de los empresarios catalanes para construir un dique de contención contra el proyecto secesionista de Mas durante la campaña electoral que agonizará a finales de septiembre. “Para nosotros no supone una gran novedad esta actitud, aunque en privado estos mismos empresarios que se refugian en el mutismo te relatan todo tipo de miserias que delatan una sociedad miedosa y poco madura”, aseguran fuentes del nacionalismo moderado.
Las mismas fuentes refieren que hay que confiar en que después del 27 de septiembre, si Mas desarrolla su agenda independentista por cauces ajenos a la legalidad, el Gobierno de Mariano Rajoy actúe con tanta contundencia que empuje a los empresarios catalanes, por lo menos a los principales referentes que no comulgan con la separación de España, a quitarse el disfraz y a pronunciarse en contra del proceso. Dependerá mucho, se opina en Unió, del resultado electoral, pues la contestación se verá favorecida si la suma de Convergencia con Esquerra y el resto de las organizaciones separatistas que han aceptado ir en la misma lista, casi todas menos la CUP, no llegan a los 68 diputados que dibujan la frontera de la mayoría absoluta.
Beneficioso para la campaña electoral de Rajoy
En el PP se admite que el enconamiento del conflicto catalán introduce en la campaña electoral de Rajoy un ingrediente que puede serle beneficioso en el resto de España en las legislativas previstas para fin de año. Sin embargo, de no actuar antes, será el principal desafío de Estado que heredará el nuevo Gobierno que salga de las urnas, hasta el punto de que en los dos grandes partidos nacionales hay quien vaticina una legislatura corta que dure lo imprescindible como para cambiar la Constitución, aceptar un nuevo encaje de Cataluña en España, someterla a referéndum e ir a nuevas elecciones generales. En esta singladura, sería indispensable un alto nivel de colaboración entre el PP y el PSOE.
“Artur Mas sabe que se ha metido en una carrera diabólica en la que le es imposible recular. Está dispuesto a perecer en ella, aunque ahora aparezca como el gran estratega que ha doblado la rodilla a Oriol Junqueras. Lo único que ha conseguido es dar otra patada al balón, sin saber dónde está la portería”, reflexiona un alto cargo de Unió.
Las encuestas con las que trabajan los democristianos, exsocios de Convergencia, les anticipan hasta seis diputados en la Cámara catalana. “Tenemos a nuestro alcance la oportunidad de absorber todo el voto nacionalista que no quiere la independencia. Por eso vamos decir en campaña lo que los empresarios no se atreven a denunciar y es que la economía catalana sufrirá mucho si continúa todo este despropósito”, aseguran en Unió.
Lo único que ha conseguido Artur Mas es dar una patada al balón sin saber donde está la portería, reflexiona un alto cargo de Unió
En público, a lo más lejos que ha llegado el presidente del Círculo de Economía, Antón Costas, es a pedir a Mas que le dé una segunda oportunidad al diálogo con el Gobierno central. El que más afinó en su denuncia contra el soberanismo fue el fallecido José Manuel Lara, expresidente de Planeta, secundado en su día por otros empresarios como José Ferrer, José Luis Bonet o Josep María Serra. En cualquier caso, nada que ver con la valentía que exhibieron en Escocia firmas como el Royal Bank of Scotland, el LLoyds Banking Group, el Clydesdale Bank o el TSB Bank, al advertir que si triunfaba el sí a la independencia se trasladarían a Londres. El referéndum se celebró en septiembre pasado y el ‘no’ prosperó con el 55% de los votos.