El pasado sábado estaba prevista una reunión entre el Gobierno español, representado por su ministro de Economía, Luis de Guindos, y el Eurogrupo, donde previsiblemente se acordaría fijar el rescate financiero para España. Según publica este lunes el diario El Mundo, el presidente Mariano Rajoy le envió a su ministro un mensaje de texto para ordenarle que aguantaee las primeras resistencias europeas: "Aguanta. Somos la cuarta potencia europea. España no es Uganda", escribía el gallego.
En principio tal reunión debía haberse hecho una vez conocidos los informes de auditorías de Berger y Wyman, el día 21, fecha en la que ya estaba fijado un encuentro. Sin embargo, las presiones del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y del presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, hicieron adelantar lo establecido, también antes de las próximas elecciones griegas donde probablemente vencerá alguna formación contraria a los planes de ajustes de la Unión Europea.
Según las informaciones publicadas, los acontecimientos se precipitaron ante el caos que hubiera supuesto gestionar todo el acuerdo del rescate tras un posible colapso griego. Tampoco fue casual que el FMI publicase antes de tiempo su informe sobre el sistema financiero español, ya que la propia Christine Lagarde fue informada de esa decisión.
Los contactos se fueron sucediendo en los días previos a la reunión tanto por parte de Guindos como de Rajoy. El ministro estuvo en contacto con algunos colegas europeos y el secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner. Por su parte Rajoy hizo lo propio con los primeros ministros europeos, e incluso el presidente Obama hizo un guiño a la recuperación económica. Tanto él como Geithner se mostraron partidarios de auxiliar a España sin que la ayuda a los bancos suponga condiciones suplementarias de tipo macroeconómico.
Pretensiones españolas
El ministro de economía se sentó a negociar con sus colegas de la UE poniendo sobre la mesa unas necesidades de 100.000 millones de euros, muy por encima de los 50.000 o 60.000 que el Gobierno cree que estimarán las auditorias. Esto se explica por el interés del ejecutivo de garantizar un colchón que diese suficiente tranquilidad a los mercados. La cifra, sin embargo, supera lo inyectado por la UE en el paquete de rescate a Portugal e Irlanda juntas, pese a lo cual, España negocia unas condiciones especialmente favorables, como tipos de interés al 3% y un plazo de 30 años.
Pero Guindos tenía otra exigencia para el Eurogrupo: que el crédito fuera al Frob para asegurar que el organismo público pueda mandar en las entidades rescatadas y evitar el control europeo. La negociación fue complicada, con un Mario Monti (Italia) y un Pierre Moscovici (Francia) favorables a España, pero con unos duros contrincantes como Jan Kees de Jager (Holanda) o Jutta Urpilainen (Finlandia). El holandés quería condicionar el rescate a nuevos recortes e imponer informes trimestrales del FMI para verificar el cumplimiento, mientras que la finesa pretendía imponer que las ayudas se instrumentalizasen a través del Mede (Mecanismo europeo de estabilidad).
Cuando 'la partida estaba en tablas', el ministro de Economía informó vía SMS a Rajoy de la situación, y éste le contestó: "Aguanta. Somos la cuarta potencia europea. España no es Uganda".