El tatuaje en Japón o ‘irezumi’ (insertar tinta) ha sufrido altibajos a lo largo de su historia. Inicialmente, asociado a una forma de castigo, posteriormente altamente cotizado y rebautizado como ‘horimono’ (objeto tallado) por los expertos del ukiyo-e que pasaron a realizarlos. No obstante, también han servido a los individuos marginales para intimidar y como acto de fe u ofrenda en otras ocasiones, tal y como cuenta Yori Moriarty en su libro ‘Irezumi Itai’. Aunque es muy extensa la imaginería japonesa, por tradición estos son los tipos de tatuajes más destacados: