El problema de Pedro Sánchez no es Pablo Casado -que bastante tiene con arreglar lo suyo con Isabel Díaz Ayuso- ni la muy mermada Inés Arrimadas; ni, si me apuran,

Jorge Buxadé, el eurodiputado de Vox con esa pulsión en el gesto pretendidamente castrense sin conseguirlo, es capaz de decir ciertas verdades y enfangarlas al mismo tiempo, lo que le