Nava de Francia (Salamanca)
El nombre de este pueblo te puede hacer pensar que se encuentra cerca de la frontera española con Francia, pero nada más lejos de la realidad. En mitad de la sierra salmantina y cercano a tierras extremeñas, Nava de Francia es un municipio de unos 130 habitantes o, como ellos se definen, “un lugar pequeño de gente muy grande”. La historia de este pueblecito se remonta a tiempos prehistóricos. Señal de ello es el dolmen descubierto en su sierra de La Morisca. Ideal para una escapada rural y tranquila combinada con alguna ruta de senderismo y descubriendo la gastronomía lugareña.
Tui (Pontevedra)
Una de las delicias españolas en cuanto a escapadas se refiere es este pueblo gallego: increíble en todos sus aspectos. Es una localidad unida por un par de puentes con Valença do Minho (Portugal). El más conocido es el Puente Internacional, diseñado por el mismísimo Eiffel y por el que se puede cruzar andando a tierras portuguesas. Entre sus encantos se encuentra su catedral, una de las más vistosas de Galicia, y sus pasadizos callejeros empedrados. Sin duda es uno de los pueblos gallegos con más patrimonio histórico. Además, en él dan comienzo muchos peregrinos a la Ruta Portuguesa del Camino de Santiago.
El Puig (Valencia)
Si te apetece una escapada costera en el levante, no se nos ocurre mejor destino que El Puig, un pueblo que une los conceptos destino de playa con turismo rural. La historia de la que presumen los lugareños se remonta a tiempos de Jaume I, no en vano tienen una ruta turística guiada que recorre los lugares por los que el conquistador planificó la reconquista de Valencia. Entre sus muchos monumentos, destaca el Monasterio de Santa María, un edificio religioso renacentista con cuatro torres defensivas y que tuvo un gran protagonismo en la reconquista. Sin duda, el lugar idóneo para escaparte de las multitudes y disfrutar, a la vez, de un destino con historia y playa.
Trillo (Guadalajara)
Bañado por el río Tajo, uno de los grandes protagonistas de esta tierra, Trillo es un pueblo de unos 1.500 habitantes en el que reina la tradición alcarreña. Entre sus atractivos encontramos su Monasterio de Santa María de Óvila, sus paisajes de casas solariegas, la cascada del Cifuentes (de más de 15 metros de altura) y sus puentes sobre el Tajo. Trillo es un destino tranquilo a la par que relajante, en el que combinar el descanso con paseos por una ciudad que se hizo famosa gracias a Camilo José Cela y su Viaje a la Alcarria.
Valle de Ricote (Murcia)
La comarca conocida como Valle de Ricote corresponde a la zona de vega baja del río Segura y engloba los municipios de Archena, Ojós, Ricote, Ulea y Villanueva del Río Segura. El atractivo de este paraje es, sin duda, histórico y natural: una ruta por sus senderos, recorriendo cada pueblo, te hará descubrir una parte de la Región de Murcia que es desconocida para muchos. Para esta escapada, te recomendamos que te hospedes en el Balneario de Archena, en cuyas aguas mineromedicinales podrás disfrutar por completo del relax.
Cudillero (Asturias)
Escondido en un paraje alucinante de la costa asturiana, este pueblo pintoresco promete ser una escapada de tranquilidad y gastronomía como no te habías imaginado. Cudillero es uno de los pueblos marineros más afamado y fotografiado del norte español, y no es para menos: el contraste de sus características casas de colores con la montaña y el mar de fondo es una maravilla. Entre sus playas más conocidas se encuentra la Playa del Silencio: un paraíso natural del que ya os hemos hablado en alguna otra ocasión.
Pals (Girona)
Quien pensó alguna vez que toda la belleza de la costa catalana se encontraba en sus playas, estaba muy equivocado. A unos 10 km del mar, en la provincia de Girona, se levanta esta villa medieval sobre una cordillera rodeada de llanuras. Su casco antiguo de estilo gótico y las vistas que podrás descubrir desde este pueblecito lo convierten en una de las escapadas más románticas de esta lista. Para no perdérselo.