La marca de la arquitectura comunista, aún presente en la ahora considerada como ciudad más influyente de Europa, hace de la metrópolis germana un lugar especial. Aunque la inexorable modernización que aún vive Berlín haya llevado incluso a que se hayan quitado de en medio restos del muro que partía en dos la ciudad, sigue en pie el pasado arquitectural comunista.

En su última visita a Francia, la canciller alemana Angela Merkel tuvo el coraje de visitar junto al presidente francés, François Hollande, una de las muestras artísticas que más chispas ha hecho saltar entre París y Berlín. De l'Allemagne, una exposición del Museo del Louvre dedicada al arte germano del Siglo XIX y de principios del XX, ha puesto de relieve que los nervios, a ambos lados del Rin, están a flor de piel.

Se trataría de una "gran coalición" al estilo de la de 2005 con un partido, el SPD, partidario de comenzar a implementar las políticas de estímulo económico aunque no comparta ni los eurobonos ni las ayudas directas a la banca. Rajoy y Rubalcaba, por un lado, y Sáenz de Santamaría y Valenciano, por otro, negocian un texto conjunto con el que el presidente del gobierno se presentaría a otro "trascendental" Consejo Europeo, éste a finales de junio.

El nuevo optimismo responde al convencimiento de que las legislativas en Alemania servirán para iniciar el camino de los estímulos económicos frente a las políticas del ajuste y la austeridad. Moncloa califica de "carta a los Reyes Magos" la propuesta de Rubalcaba de inyectar 30.000 millones a la economía procedentes del MEDE así como su política de pactos de Estado, en la creencia de que no serán necesarios para marcar un cambio de rumbo.

Lo mejor de la arquitectura contemporánea alemana parece llevar en su ADN un gen de compromiso con el medio ambiente. Abundan en suelo germano edificios y espacios concebidos en el respeto del bienestar humano y medioambiental. Desde el BIQ de Hamburgo, el primer edificio que satisface sus necesidades energéticas a base de algas, hasta el Reichstag, que funciona en Berlín casi exclusivamente a base de energías renovables, Alemania cobija numerosos ejemplos de las innovadoras posibilidades que ofrece la arquitectura ecológica.

La organización germana Zwangsräumun Verhindern lleva meses en contacto con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca para intentar conseguir los mismos logros a la hora de evitar los desahucios. Aunque su cifra queda lejos de los cientos que acumula la española, su homóloga alemana sigue nutriéndose de la experiencia y la estrecha colaboración entre ambas para intensificar su actividad. 

España será la próxima Alemania, remachaba un informe matutino de Morgan Stanley hace escasos días. Y se quedó tan ancho. ¿Han bebido demasiada sangría estos analistas? ¿O es que aprenderemos el paso de la oca más rápido de lo que los propios germanos habían pensado? Con el afán de fomentar el debate, comparamos el modelo germano y el español.