Hacienda ha dado el pistoletazo de salida a una serie de estudios que ponen en evidencia el victimismo fiscal de Artur Mas: desde las opiniones de las propias Comunidades a las nuevas balanzas fiscales de Ángel de la Fuente, pasando por el informe de la recientemente creada Autoridad Fiscal Independiente, que a su vez puede abrir la puerta a la creación de un banco malo de deuda autonómica.

Los inversores internacionales con los que habitualmente contacta la banca española no han mostrado hasta ahora una preocupación especial por Cataluña. Sin embargo, hay una sospecha fundada de que empiecen a hacerlo a partir de noviembre, cuando el conflicto soberanista pueda tomar una senda peligrosa, quizás con elecciones plebiscitarias en el centro del tablero.

El abogado elegido por el partido de Albert Rivera para conseguir su primer escaño en Bruselas alerta de que "quizás el Gobierno gane a Artur Mas, pero dejará una sociedad fracturada". "Los partidos mayoritarios desean que no se vote el domingo, porque es suficiente para ellos con su red clientelar", advierte. Afirma que la portavoz de UPyD, Rosa Díez, funciona "como una lideresa excluyente y exclusiva". 

El presidente ha dicho que el voto del PP es para una Europa "unida, en libertad y en convivencia y para una Europa en progreso", y ha empezado el mitin destacando que Barcelona es una ciudad con un importante congreso de móviles y, por tanto, es un escaparate global de tecnologías.

El posible sorpasso de Esquerra Republicana provoca dolor de muelas en Convergencia i Unió, a la espera de lo que suceda en las elecciones europeas. Fuentes nacionalistas anticipan que si CiU perdiera estos comicios en Cataluña, Artur Mas no tendrá más remedio que ofrecer a Oriol Junqueras la entrada en el Gobierno autonómico y poner toda la carne en el asador para que lo acepte.

Cataluña, Navarra, Región de Murcia, Islas Baleares y la Comunidad Valenciana aumentan su número de empleados públicos desde que comenzó la crisis, allá por el tercer trimestre de 2007, cuando se alcanzaron las mayores cotas de empleo de España. Desde entonces, el número de asalariados del sector privado desciende un 22 por ciento frente al escaso 2,3 por ciento que ha disminuido en el público.