Para acabar con la libertad no hacen falta grandes dictadores ni convulsiones políticas: basta con el avance del conformismo y la sumisión. Este domingo asistiremos a otro paso de este penoso proceso en el País Vasco, pero dejémoslo par

La chapuza más colosal de la Constitución de 1978 fue privarnos de instrumentos de control eficaces contra el abuso de poder del Ejecutivo, como demuestra a diario, desde hace ya seis largos años, la impunidad de las tropelías del Gobie