El pasado lunes todos los medios llenaron sus espacios con la noticia de la muerte de Manuel Fraga. Don Manuel no fue un hombre llamado a pasar inadvertido en este mundo y por tanto se llevó elogios desmedidos pero también muchos palos desde algunos flancos. Desde la derecha le llamaron padre fundador, visionario europeísta, figura clave de la transición, hombre de estado, etcétera etcétera. Desde el otro lado, franquista, autoritario, antidemócrata y poco menos que tirano.