Intenten imaginar a un ministro declarando que constituir una fundación de mujeres maltratadas es inconstitucional, condenable tanto ética como moralmente y que no sabe hasta qué punto es o no ilegal. ¿Les cuesta imaginar algo así?

Querido ministro de trenes, vespinos, carricoches y demás métodos de transporte, acaso el titular le parezca exagerado por mi parte. Y mire que le he dado vueltas al tema, pero, por mucho que lo intente, no he podido hallar otro verbo que