“Una tostadora y un racista que grita en un estadio de fútbol tienen el mismo cociente intelectual”. Así lo expresaba recientemente el zaguero Ralph Gunesch, del Ingolstadt 04, club de la segunda división germana, para defender a su compañero de equipo Danny da Costa, lateral derecho de origen africano y promesa de las categorías inferiores de la selección de Alemania. A Da Costa le lanzaron insultos racistas a principios de temporada en un partido contra el Múnich 1860, el otro gran equipo de la capital bávara. Su caso demuestra que, pese a la tan alabada ejemplaridad de la Bundesliga, el fútbol teutón también se enfrenta a lacra de las diferentes formas que adopta la ignorancia intolerante en las gradas.

¿Qué tienen en común Joachim Löw, el entrenador de la selección alemana de fútbol, el ministro de Hacienda germano, Wolfgang Schäuble, y las desaparecidas y brillantes plumas de la historia de la literatura que son Thomas Mann (1875-1929) y Hans Fallada (1893-1947)? Todos han gozado -y alguno todavía lo hace entre celebridades teutonas- de la isla de Sylt. Autoproclamada ‘Reina del Mar del Norte’, a la más grande de las islas Frisias se la compara con Saint-Tropez, el exclusivo retiro de la Costa Azul célebre por aglutinar a los miembros de la jet set gala.

Los restos mortales del criminal de guerra y oficial nazi Erich Priebke se encuentran en el aeropuerto militar de Pratica di Mare (Roma), donde fueron trasladados el miércoles en espera de que se tome una decisión sobre su destino final, tras la polémica que ha provocado su posible funeral público. Ni Alemania, ni Italia, ni Argentina quieren hacerse cargo de la sepultura. 

Terminó hace unos días el Oktoberfest, el mayor festival cervecero del planeta y una cita capaz de reunir a millones de personas sólo en Munich. Este año se han consumido 6,7 millones de litros de cerveza en la capital bávara, una cifra que por muy descomunal que parezca, no oculta que en realidad los alemanes están dando la espalda a este refrescante brebaje de color ámbar.

¿Se pueden fotografiar las realidades inmateriales? ¿Cómo es, físicamente, un recuerdo? ¿Puede un pensamiento atraparse con un disparador de una máquina de fotos? El joven fotógrafo alemán afincado en Berlín Jan Herdlicka trata de responder a estas cuestiones con su serie Raumverdichtungen, o “condensación del espacio”.

El Premio Nobel de Literatura Günter Grass ya ha tenido su momento de protagonismo en la presente campaña electoral alemana. Ha echado en cara a la canciller Angela Merkel su pasado comunista. Pero, con sus reproches, el genial autor de ‘El tambor de hojalata’, olvidaba hace unos días que, en su país, todavía abundan las generaciones de personas marcadas por la oscura historia reciente de Alemania.

El euro parece haber sobrevivido al incendio desatado el año pasado por la deuda de los países del sur continental. Pero aún hay, incluso en Alemania, país que alberga en Frankfurt la sede de la moneda única, quienes ven a la divisa paneuropea desapareciendo en cuestión de pocos años. Si es preciso para evitarlo reconstruir la estructura institucional del euro, tal vez pueda inspirar a los responsables políticos el brío del austriaco Wolf D. Prix, arquitecto responsable del nuevo hogar del Banco Central Europeo (BCE). Su proyecto, que estará terminado el año próximo, ha de reivindicarse como el mayor símbolo arquitectural de Europa.