Las elecciones catalanas del 27S se han instalado definitivamente en la ceremonia de la confusión. Lo que desde un principio buscaba Mas y su candidatura independentista. A mayor confusión, mejores resultados espera conseguir.

Si Cataluña declara la independencia, un buen número de infraestructuras construidas y financiadas por el Gobierno central quedarían “atrapadas” en un estado extranjero y, además, que no pertenecería a la Unión Europea. La solución más ágil consistiría en un proceso de expropiaciones con una valoración que vendría determinada por los costes de amortización.

La Policía había solicitado a finales de junio que se reclamaran a tres entidades los detalles de estos depósitos desde el 1 de enero de 2013 hasta la actualidad. El magistrado no ha dado luz verde hasta el pasado miércoles, casi tres meses más tarde. También reclama ahora las llamadas entrantes y salientes que dos números de teléfono móvil hicieron el 10 de octubre del pasado año, cuatro días antes de la detención del joven.

Hay muchos tópicos del cine español por ahí, buenos y malos, y algunos son ciertos. Pero hoy toca romper una lanza a favor, y es que somos sorprendentemente buenos haciendo thriller y terror. Tanto, que algunas de esas películas son más apreciadas fuera que dentro de nuestras fronteras.

¿No están un poco deseosos de saber lo que ocurrirá con las elecciones catalanas? El país entero se encuentra volcado y paralizado para prestar toda la atención posible a la votación del domingo. Y como aquí no vamos a ser menos, queremos aportar nuestro grano de arena al caldeado ambiente. Si hace poco hablamos de las musas del independentismo, encabezadas por Karmele Marchante, hoy les toca a los famosos por el no, los que no ven con buenos ojos el desafío soberanista.

El inspector jefe Andrés Manuel Gómez Gordo, que fue director de Seguridad del Ejecutivo de Castilla-La Mancha hasta tres meses antes de las elecciones del 24-M, recibirá la próxima semana una de las 189 cruces rojas que la Dirección General Policía entregara. Estas condecoraciones llevan aparejadas una subida vitalicia del 10% del sueldo y están, en teoría, reservadas a aquellos agentes que han sido heridos o han puesto su vida en peligro en el último año.