Un trabajo con los datos estadísticos muestran que unos cuantos individuos tuvieron un papel esencial en la propagación del virus en la última pandemia. Hasta el 61% de los contagios se podría haber evitado de haberlos localizado y aislado, según los autores.

La crisis del ébola dejó una enseñanza encima de la mesa: si desarrollar una vacuna para las enfermedades que amenazan al mundo no es rentable para las industrias farmacéuticas, alguien tendrá que hacerlo. Un consorcio internacional ha reunido dinero para trabajar en las siguientes vacunas.