Descubríamos la semana pasada que hay una moda consistente en contar “anécdotas con fascistas”. Hay gente que se va al Pacífico para nadar entre tiburones, otros contratan un safari para observar elefantes, pero a España uno viene con la esperanza d

El foco de este asunto no se centra en que estos universitarios no entiendan de educación sexual. El problema es que no hay educación con mayúsculas.