Las protestas de Hong Kong se desinflan mientras el Gobierno se retira de las calles para dejar que los paraguas con que los manifestantes se defendían de las cargas policiales se cierren solos. Hasta ahora no han conseguido más que vagas promesas de diálogo rotas en el último momento.

Las autoridades locales están demoliendo montañas y allanando centenares de kilómetros de tierra para expandir las ciudades chinas. Estas obras están provocando ya la contaminación del aire y el agua, la erosión del terreno e inundaciones. Los expertos advierten de las consecuencias económicas y ambientales de esta agresiva estrategia de crecimiento.

Representantes de los sectores eólico, termosolar y fotovoltaico protestan por la política energética del Gobierno y el giro conservador de la UE en materia de renovables. Denuncian que, pese al tremendo potencial, en dos años se haya echado a perder toda su inversión y el injusto escenario en el que tienen que pelear por la presión del lobby eléctrico. España y Europa, sostienen, deberían valorar debidamente la aportación de futuro de las energías verdes por encima de los costes a corto plazo.