La Asociación de Conductores y Jefes de Flota de Colaboradores de la empresa española de vehículos de transporte con conductor (VTC) insta a los chóferes a realizar un paro general de dos horas en protesta por un “mal funcionamiento” de la app. Y amenaza con un segundo paro de 24 horas la semana siguiente.

Una reflexión a título personal de un agente de la Policía de la Generalitat pone de manifiesto la presión política y el estigma social que padecen en Cataluña los agentes antidisturbios: “Me han dicho que me pagan para aguantar lo que nos tiren”, lamenta. “El 99% de los policías somos profesionales. Les invito a estar unos minutos en nuestro lugar y soportar los cócteles molotov”.

La alcaldesa de Barcelona parece ignorar cuáles son los límites en una democracia, que no son otros que los de las leyes. Exhortar al diálogo es el paradigma del populismo más básico

Megasueldos en el Govern: los consejeros de la Generalitat perciben 112.700 euros anuales, mientras que los ministros del Gobierno cobran 73.200 euros al año. El propio presidente español ingresa un salario menor (83.000 euros) que el de los miembros del gobierno de la comunidad autónoma con mayor presión fiscal y con mayores sueldos en el sector público. El presidente catalán es el mejor pagado: 149.500 euros al año.

El control que, a priori, ejerce el Estado sobre la expansión de las delegaciones del Govern en el extranjero no surte efecto: la creación de embajadas avanza a buen ritmo y las ya existentes mejoran sus instalaciones. La delegación del gobierno catalán en Suiza pasa de ocupar un espacio en una multioficina a asentarse en un espacio propio más amplio.

He aquí una leve muestra de la peculiar actividad creadora de Cristina Morales, recién distinguida con el Premio Nacional de Literatura

No hay noticia de algún empresario catalán que haya sacado los pies del tiesto en defensa de la Constitución o repudiando los actos de vandalismo alentados desde el poder público autonómico