Más de 10.000 personas, muchas de ellas procedentes del mundo empresarial, fueron objeto de la extorsión de la banda terrorista durante sus últimos 18 años de actividad. Un estudio coordinado por Izaskun Sáez de la Fuente, socióloga de la Universidad de Deusto, ahonda por primera vez en los mecanismos de esta estrategia violenta de la que ETA se sirvió para financiarse.