Los ejemplos abundan. Como creaciones de los hombres, las naciones no están destinadas a permanecer sine die. Es de hecho una proeza que la nación española no sea una reliquia histórica. Un rápido repaso a la historia de Europa da prueba de el

No puedo mirar España sin acordarme de aquellos anuncios de detergente de los años 80:-Señora, ¿qué lleva en su carro?-¿Yo? Mi PSOE de toda la vida. El que lava más blanco.-¿Y si se lo cambio por un quince en uno y se lo llamo S