Esa manía que tienen algunos de quemar, romper, apalear, colgar o cualquier otra forma violenta de manifestarse respecto a los personajes públicos me parece más digna de orangutanes en celo que de seres humanos. Así que a nadie extraña

Se acaba el año, queridos lectores. Otro año más o quizá otro año menos, según se mire. Hoy no me siento preparada para lo que corresponde: los mensajes de Whatsapp para desearte un feliz año nuevo, con una imagen o un texto reenviad

Sentí cierta extrañeza al ver aquellas fotografías. Como si las observara alguien ajeno a la escena cuando en realidad era yo la protagonista. Me las realizó hace unos días Asier Gómez, un fuera de serie de la imagen. Y lo cierto es q

Puede pasar de todo, este sábado, en esos veinte minutos de retransmisión en los que, en realidad, ya ocurre lo más importante: que se esfuma un año entero, se evapora, se diluye y no volverá jamás, con lo bueno y con lo malo

Tiempos pasados fueron más felices. Al menos, nos dejaban más tranquilos. A Manuel, español medio, le preocupaba en el año 2000 su empleo, las maniobras subrepticias de su suegra; la