La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha ofrecido a las autonomías la posibilidad de suscribir convenios con el Gobierno para que los parados que no reciban cursos de formación puedan realizar servicios sociales, según ha anunciado este lunes la secretaria de Estado de Empleo y Seguridad Social, Engracia Hidalgo.Tras asistir a la Conferencia Sectorial de Empleo y Asuntos Sociales, Hidalgo ha recalcado que esta propuesta no supone la eliminación de puestos de trabajo. "Se hace en muchos países de Europa", ha añadido.

Dos de esas líneas rojas que amenazan con abrasar a todo aquel que las toque quedarán incólumes. O al menos en lo tocante al diálogo social que estos días tiene lugar. Ni CEOE ni sindicatos van a abordar el abaratamiento del despido. Tampoco el descuelgue de los convenios colectivos en favor de los convenios de empresa. Dos patatas que el Ejecutivo de Rajoy deberá decidir el 7 de enero si las enfría, aun a riesgo de abrasarse.

Muy bien relacionada con Soraya Sáenz de Santamaría y Cristóbal Montoro, la nueva ministra de Empleo y Seguridad Social (antes Trabajo) es una política bastante desconocida entre la opinión pública, pero no tanto entre los intercesores del diálogo social. Aun así, todavía ayer algún dirigente de sindicatos y patronal reconocía que la tarde del miércoles no manejaba su nombre para el ministerio. Fátima Báñez, onubense de 44 años, diputada desde los 33, es un envite personal de Mariano Rajoy.

La patronal desbloqueará a finales de la próxima semana los convenios colectivos de los que dependen cinco millones y medio de trabajadores. La CEOE se ha resistido hasta ahora a aplicarlos porque suponían, según sus cálculos, incrementos salariales del 2,6%. Pero en las últimas semanas, la negociación con los sindicatos ha desembocado en un compromiso mutuo que permitirá su desbloqueo.