La boda secreta de Iker Casillas y Sara Carbonero nos pegó un susto de sorpresa. O sea, que nos pilló desprevenidos, pero desprevenidos por completo. Que están enamorados y que quisieran rematar en boda lo entendíamos bien. Pero que celebraran su boda con esas prisas, y con esa ocultación, ya se comprendía menos. Ahora podemos encontrar una razón lógica, y hasta práctica, para que se dieran el “sí quiero” de una forma tan poco común. Resulta que se van a Miami.