La ONG Acción Contra el Hambre ha aprovechado la celebración del Día del Niño para denunciar que el alto número de conflictos ha provocado la desnutrición de miles de menores, siempre las primeras víctimas, ya que en las guerras se destruyen las redes de suministro de agua, no se pueden sembrar los campos y, debido a la violencia, se dificulta el acceso de la ayuda humanitaria a las personas que lo necesitan Los niños menores de cinco años son los primeros en sufrir fisiológicamente las consecuencias del hambre, ya que tienen una mayor necesidad de nutrientes para su crecimiento y desarrollo y su masa muscular es muy pequeña, por lo que en caso de ingesta insuficiente de alimentos el cuerpo agota rápidamente sus reservas, situando al niño en una situación de desnutrición. A esto también hay que añadirle que el hambre hace que el sistema inmune no funcione correctamente, lo que favorece la probabilidad de contraer infecciones.