La CE calcula que será necesario invertir 210.000 millones de euros para acabar con la dependencia energética del bloque en los combustibles fósiles de Rusia, un objetivo que la UE se ha marcado a raíz de la guerra en Ucrania, según figura en el plan "Repower EU" presentado hoy. De ese montante, 86.000 millones serán necesarios para acelerar el despliegue de renovables y 27.000 para infraestructuras "clave" de hidrógeno.
Los cálculos figuran en el plan "Repower EU" que presentaron en una rueda de prensa el vicepresidente del Ejecutivo comunitario para el Pacto Verde, Frans Timmermans, y la comisaria de Energía, Kadri Simson. El plan eleva el objetivo de energías renovables al 45%, desde el 40% fijado en la actualidad, y el de eficiencia energética al 13%, cuatro puntos por encima del vigente, y para lograrlo prevé una serie de gastos en infraestructuras clave y tecnologías limpias, entre otras cuestiones.
Para ello, marca el objetivo de duplicar la capacidad de energía solar fotovoltaica instalada en la UE hasta los 600 gigavatios (GW) y acompaña esta meta con una iniciativa para obligar legalmente a instalar paneles solares en todos los edificios públicos, comerciales o residenciales de nueva construcción.
El plan también prevé doblar el despliegue de bombas de calor, incluye medidas para integrar las energías geotérmica y solar térmica en sistemas de calefacción comunes y establece el objetivo de alcanzar las 20 millones de toneladas de hidrógeno renovable para 2030 (10 millones producidas en el bloque y la otra mitad importadas).
Por otro lado, el "Repower EU" viene acompañado de un plan de acción para aumentar a 35.000 metros cúbicos (35 bcm) la producción de biometano y una propuesta para simplificar las reglas para obtener permisos y autorizaciones para infraestructura de energía renovables, que actualmente requieren de media 9 años para los parques eólicos y 4 años para los solares.
Nuevas inversiones
Todo esto exige una serie de inversiones que Bruselas cifra en 210.000 millones de euros para los próximos seis años, un cálculo que está por encima de los 195.000 millones que aparecían en borradores de la nueva hoja de ruta energética de la Comisión.
En concreto, 56.000 millones serían para mejorar la eficiencia energética y financiar bombas de calor, 41.000 millones para reducir el uso de combustibles fósiles por parte de la industria europea y 37.000 millones para impulsar la producción de biometano.
Asimismo, 29.000 millones en inversiones en la red eléctrica, 10.000 millones para importaciones de gas natural licuado (GNL) o por gaseoducto y hasta 2.000 millones para garantizar el suministro de petróleo en los países más dependientes del crudo ruso.
Para financiar todas estas inversiones, la principal partida sería los 225.000 millones en préstamos del fondo europeo de recuperación y sumar 20.000 millones de euros en ayudas directas al plan anticrisis de la venta de derechos de emisión que actualmente forman parte de la reserva del sistema de comercio de emisiones (ETS).
A esto se sumarían unos 35.000 millones de euros adicionales que los Estados miembros podrán transferir de forma voluntaria a sus planes nacionales de recuperación desde la Política de Cohesión y la Política Agrícola Común (PAC). Otra fuente de financiación serán los recursos de la Facilidad Conectar Europa (CEF) a través de una nueva convocatoria de ayudas de 800 millones para proyectos energéticos de interés común (PIC) que serán seleccionados en la segunda mitad del año para acelerar aquellas infraestructuras "más urgentes" en línea con las prioridades del "Repower EU".