Máxima expectación en las inmediaciones de los juzgados de Plaza Castilla en Madrid. Decenas de periodistas, cámaras y agentes de Policía se agolpan a sus puertas para recibir a la mujer del presidente del Gobierno. Apurando el tiempo de entrada, alrededor de las 9:45 de la mañana, llegaba el coche oficial con Begoña Gómez en su interior, escoltado por un dispositivo policial sin precedentes. Una entrada discreta que no ha podido ser captada por las cámaras.

En la acera de enfrente ha quedado recluida la prensa, donde las Fuerzas de Seguridad del Estado han desplegado un amplio cordón de seguridad para evitar la presencia de curiosos. La llegada de la mujer del presidente se ha vivido entre la atenta mirada de los medios y los pitidos y abucheos de un grupo de manifestantes aglutinados en los extremos del recinto. Este viernes 5 de julio, los juzgados de Plaza Castilla han contado con más seguridad de la habitual.

Además del inédito despliegue policial en la calle, a petición del Decanato, la empresa de seguridad Secoex ha ubicado en el interior de las instalaciones, al menos, a cuatro vigilantes "para controlar el jugado". Un dispositivo de seguridad sin igual en esta sede judicial, y todo, para evitar que la esposa de Pedro Sánchez sufra el temido paseíllo, que con anterioridad han vivido otros dirigentes y figuras relevantes del panorama español.

Alrededor de las 10:20 de la mañana, la empresaria ha aparecido en la planta en la que se ubica el Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid, vestida con un traje de chaqueta de color negro y acompañada de cuatro personas entre las que destaca su abogado, Antonio Camacho. Fuentes jurídicas confirman a Vozpópuli que en estos momentos le están leyendo sus derechos.

Por primera vez en la historia de la democracia la esposa de un presidente del Gobierno se sienta frente a un juez como investigada. Una fecha clave en el marco de la investigación que se sigue en el Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid y que ponen a Gómez en el centro de la diana por sus actividades empresariales desde que su marido llegase a la Moncloa.
Desde el Consejo de Ministros, el dirigente socialista alude la responsabilidad de investigación a aquello que llama la "máquina del fango", una especie de complot institucional y mediático empeñado en torpedear su legislatura poniendo en la picota a su familia. Con las diligencias abiertas en Badajoz contra el hermano de Sánchez de telón de fondo, su cuñada se enfrenta este viernes al interrogatorio del juez y, posiblemente, al de su abogado.

Por el momento, el instructor pone el foco en la relación de Gómez con el empresario Carlos Barrabés y las adjudicaciones públicas concedidas a este, aunque se excluyen aquellos contratos financiados con fondos UE que ya obran en poder de la Fiscalía Europea. Además, Gómez tendrá que responder si utilizó su influencia como consorte del presidente para obtener lucro personal en sus actividades empresariales. Las imágenes de la esposa de Sánchez con Javier Hidalgo, CEO de Air Europa, y aquellas reuniones secretas con el comisionista del caso Koldo, Víctor Aldama, allá por 2020, quedan expuestas ante el juez tras la publicación de varias informaciones periodísticas.
Del lado mediático también nace el 'caso Sowfare', que ha traído al propio rector de la Universidad Complutense de Madrid hasta el juzgado dirigido por Peinado. Joaquín Goyache Goñi comparecerá también este viernes ante el juez a las 13:00 horas en calidad de testigo, por lo que, diferencia de la imputada, tiene la obligación de decir la verdad y contestar a las preguntas de todas las partes.

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