Política

Pedro Sánchez trampeará las explicaciones sobre su mujer con ataques al PP: "Milei nos lo ha puesto fácil"

El líder socialista usará la comparecencia en el Congreso para confrontar con Feijóo antes del arranque de la campaña de las europeas y someterle a una clara pinza con Vox

  • El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, interviene en presencia del presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez. -

Pedro Sánchez tiene un plan para este miércoles. El presidente del Gobierno, que afronta una jornada maratoniana en las Cortes con dos comparecencias y la posterior sesión de control, eludirá explayarse en el caso que afecta a su mujer, Begoña Gómez. Y lo hará con un artificio: el conflicto diplomático abierto con Argentina por las declaraciones de su presidente, Javier Milei, contra él y su esposa, a quien tildó de "corrupta" el pasado fin de semana en un acto de Vox en Madrid. Según ha sabido este diario por fuentes socialistas, el presidente eludirá entrar de lleno en el asunto de marras, porque "no hay caso" y emprenderá un ataque frontal al PP: "Milei nos lo ha puesto fácil", explican las fuentes consultadas.

Sánchez se personará ante el Pleno a petición propia y del PP. La idea es que informe a los diputados de la negociación del Acuerdo de Gibraltar, el último Consejo Europeo y de "los asuntos objeto de investigación periodística y judicial, en lo que respecta a casos de una presunta corrupción económica, política y de conflicto de interés, que afectan a su partido, su Gobierno y su entorno personal". Es decir, del caso que afecta a su esposa. Pero el equipo de Moncloa ya tiene preparado el argumentario. El presidente adelantará el arranque de la campaña electoral de las europeas, que empieza este jueves, y someterá a Alberto Núñez Feijóo a una clara pinza con Vox.

Para Moncloa, por mucho que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, diga que es "absurdo" ver una sobreexplotación de la crisis diplomático por cálculos electorales, lo cierto es que la el acto de Santiago Abascal y el exabrupto de Milei es todo un balón de oxígeno, porque le permite recuperar la iniciativa tras meses noqueado. El objetivo es volver a una disyuntiva o el progreso o el caos de la derecha y la ultraderecha. En consecuencia, Sánchez volverá a basar su discurso en una dicotomía entre un país de progreso y una derecha retrógrada a la que quiere "frenar" y "levantar un muro", como dijo el día de su investidura. Es, en verdad, una dicotomía frentista que volverá a exhibir antes de las elecciones del día 9 de junio.

Según Sánchez, los ciudadanos, ante los retos del siglo XXI, sienten inseguridad. El presidente suele concretar algunos de ellos cuando tiene ocasión: escasez de agua, incendios, deslocalización empresarial que conlleva paro, alto coste de la vida por la inflación, imposibilidad de acceso a una vivienda digna... Todo ello, según Sánchez, si no se resuelve dispara el malestar que alimenta "las ideas reaccionarias". Para el presidente español estas ideas cristalizan en partidos de extrema derecha. Y terminan contaminando a la derecha moderada. En el caso de España, al PP. Por eso, este miércoles volverán a enmarcar al PP con Vox.

El ring de las elecciones europeas será ideológico. Nada de gestión. Sánchez salió escaldado tras el 28 de mayo de hace un año. En las elecciones municipales y autonómicas, el equipo de persuasión de Moncloa y Ferraz salieron a vender los logros y se llevaron un baño azul sin apenas precedentes. Por eso, fuentes del PSOE explican que la próxima contienda en las urnas será en clave ideológica. Es decir, que el presidente del Gobierno repetirá el esquema argumental del 23-J. Que si ultraderecha, que si bulos, que si fango, que si avances, que si derechos sociales...etc.

La cita europea sí que será el gran termómetro para medir la opinión de los españoles sobre los primeros meses de la actual legislatura de Pedro Sánchez: "Esas [elecciones] sí que tendrán carácter nacional. De ahí no habrá escapatoria", resume un destacado socialista, en referencia a los esfuerzos del aparato de persuasión del partido para vender que el PSOE no se someterá a un plebiscito sobre Sánchez sí o no tras su amago fingido de dimisión en abril por la investigación abierta a su mujer, Begoña Gómez, por supuesto delito de tráfico de influencias y de corrupción en los negocios.

Lo cierto es que los socialistas admiten en privado que el presidente del Gobierno tendrá difícil escurrir el bulto en caso de que Ferraz sufra un varapalo. El líder, mientras, se ve hasta 2027 en Moncloa. Pero la legislatura depende del embrollo catalán y de la amnistía que tanto ha contrariado al partido y que se aprobará en plena campaña europea. El otro gran debate en el PSOE es si la política del partido está alimentando en exceso a los partidos nacionalistas. Pero el presidente escurrirá el bulto. Y se volverá a centrar en el PP.

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