Eurovisión es un producto audiovisual que peca de ser más un amasijo hecho para contentar a según qué perfil de espectador que una loable oda a la canción. Desde los países participantes, como Australia o Israel, que nada tienen que ver con Europa, hasta el sistema de votaciones, Eurovisión es un acto de fe para el televidente no aficionado a la purpurina y lo impostado.
En España, la afinidad al concurso ha ido variando en los últimos años. Si bien es cierto que ha habido mucha desafección en años pasados por el calibre de los elegidos que mandábamos a representarnos, el éxito de Chanel Terrero en la edición del 2022 elevó el entusiasmo popular hacia el concurso. La final de Turín congregó delante del televisor a 6,8 millones de espectadores, el 50.8% de la audiencia. Siendo este el mejor dato de cuota de pantalla desde 2008, edición que contó con la participación de Rodolfo Chikilicuatre.
Además, RTVE ha sabido jugar muy bien sus cartas en los últimos tiempos. Rescatar del baúl de los recuerdos el Festival de Benidorm (Benidorm Fest) en 2022 fue un soplo de aire fresco para un espectáculo que vivía sus horas más bajas. Sin embargo, y pese al éxito inicial, el gran aumento de presupuesto que vivió el Benidorm Fest en 2023 no se tradujo en mejores cifras de audiencia.
Contamos en Vozpópuli hace unos meses que RTVE firmó contratos con productoras audiovisuales y empresas de servicios técnicos por valor de 3 millones. El presupuesto total del certamen -según adelantó el diario Público- ascendió a más de 4 millones de euros. La empresa que más dinero ingresó con la celebración del festival fue Boomerang TV, para la que el Consejo de Administración de RTVE aprobó un contrato que ascendía a 2.441.704,08 euros, la cual se dedicó a labores propias de la producción de las galas emitidas.
A esta cantidad hay que sumar la que recogieron los alrededor de 20 contratos que se licitaron en las últimas semanas para poder celebrar la gala, con un importe de aproximadamente 550.000 euros, tal y como extrajo Vozpópuli de la Plataforma de Contratación del Estado.
Todo ello para una audiencia del 10% en la primera gala, del 9,4% en la segunda y 14,7% en la final. Las del año 2022, obtuvieron el 11,8 y el 14,2%. La última batalla, que midió a Chanel, Rigoberta Bandini y Tanxugueiras, entre otros, congregó hasta un 21% de audiencia. Formato con buena salud, pero demasiado caro para el interés que suscita.
¿Cómo se financia Eurovisión?
Este sábado Liverpool acoge una nueva edición de Eurovisión, en la que España intentará defender el buen tercer puesto que logró Chanel Terrero con su canción SloMo. Viendo los gastos que genera a la televisión pública organizar el Benidorm Fest, ¿cuánto cuesta poner en funcionamiento Eurovisión?
Pues bien, Eurovisión gira en torno la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que es la organizadora del certamen y hace las veces de alianza de medios de servicio público. Aunque este 2023 contará con un total de 37 países, solo 26 cantarán en la final del sábado. De todos ellos, España, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido componen el famoso Big Five, que se traduce en que son los países que más dinero apoquinan a la UER en concepto de derechos de retransmisión y, por ello, se clasifican siempre. Un festival hecho por y para los amantes de la música, como pueden observar...
Cada país, a su vez, se ve representado económicamente por su emisora participante. En el caso de España, RTVE. Todos los países tienen que aportar, aunque Eurovisión se permite el lujo de dejar en manos de los que más tienen el equilibrio para compensar a otras naciones con menos recursos. Este mantra, que suena bien en apariencia, no deja de ser una incitación forzosa a rascarse el bolsillo.
Las contribuciones de las emisoras participantes asciende hasta los 6 millones de euros. Los miembros del Big Five aportan entre 200.000 y 400.000 euros cada uno. A esto se suma que la emisora anfitriona debe hacerse cargo de gran parte del coste, cifrado generalmente entre 10 y 20 millones de euros, más el dinero que pone la ciudad organizadora, por un lado, y el Ministerio de Turismo del país anfitrión por otro. Por último, aunque difícil de cuantificar, estarían los ingresos por publicidad, merchandising y venta de entradas.
Según informó primero Público, RTVE presupuestó un total de 732.940 euros para Eurovisión 2023. De ese montante, España pagará 347.697 a la Unión Europea de Radiodifusión, 45.000 euros más que en 2022. Los otros 385.243 euros restantes se destinarán a sufragar gastos tales como el videoclip de Blanca Paloma, dietas, alojamiento, equipamiento técnico, vestuario, etcétera.
maullador
Ea ea ea el ridículo puesto de Eurovisión ahí queda., Y eso nos cuesta casi o más de 400.000 euros. Estamos que lo tiramos.el año que viene más flamenquito.