España es, con Hungría, el único país con un impuesto excepcional a la banca como el que ha anunciado Pedro Sánchez en el Debate sobre el Estado de la Nación. A diferencia del impuesto a las energéticas, que la Comisión Europea viene recomendando si se implanta con cautela y que tiene en vigor Italia desde abril y ha anunciado Reino Unido, España es una isla en lo que respecta a un impuesto de este tipo a la banca.
Llueve sobre mojado para el sector financiero, al que el Gobierno ya ha cargado el impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD) de las hipotecas y la tasa Tobin. Un sector que ha acabado hace poco un proceso de ajuste por las pérdidas de la crisis financiera y de beneficios bajos, en el que ha realizado ajustes de calado en forma de ERE muy voluminosos y cierre de sucursales, además de la resolución de Popular, el quinto banco español.
Muestra de ello es que la banca tiene un tipo nominal en el Impuesto sobre Sociedades superior a la media, del 30%, cinco puntos por encima del resto, pero lo tiene así precisamente para que pueda compensar las pérdidas que acumula, en concreto, cerca de 30.000 millones de euros de DTA o activos fiscales diferidos.
Esta subida de cinco puntos la lanzó Cristóbal Montoro en 2014 y aunque la vendió como un golpe fiscal a la banca, en realidad era lo contrario: cuanto más alto sea el tipo en Sociedades más créditos fiscales puede compensar la banca.
Así lo recuerda Francisco de la Torre, inspector de Hacienda, diputado en el Congreso por Ciudadanos y presidente de la Comisión de Presupuestos entre 2016 y 2019, quien respondió en la tribuna de la Cámara Baja a Pablo Iglesias cuando proponía un impuesto similar: "No doy crédito, señor Iglesias".
En esta clave cabe entender el impuesto a la banca que ha anunciado Sánchez y que fuentes de Hacienda confirman que será un nuevo impuesto y no un recargo en Sociedades. Si se articulara como una subida de este impuesto, en realidad sería beneficiosa para el sector.
Dividendos en el extranjero
La creación de un nuevo impuesto diferente de Sociedades -aunque en realidad grave lo mismo- puede ser también una oportunidad para que Hacienda avance en la restricción de la exención de los dividendos de fuente extranjera, que desde enero de 2021 grava un 5%. Aunque la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha mostrado su interés por seguir ahondando en este sentido, la Directiva impide ir más allá en Sociedades.
Un impuesto nuevo podría allanar el camino. El propio Sánchez se ha referido en dos ocasiones a los dividendos en el extranjero: a la hora de cuantificar los beneficios de la banca este año, cuando ha citado los del grupo, no los que obtienen en España, y al asegurar que el nuevo impuesto a la banca va a gravar los beneficios por la subida de tipos de la que ya se están beneficiando, cuando de momento sólo impacta en el extranjero.
La tasa Tobin la tienen en vigor otros países, pero un impuesto a la banca como el que ha anunciado Sánchez es una excepción en la UE. Tan sólo Hungría creó un recargo al sector en 2020, por la pandemia, y ha anunciado ahora un recargo a varios sectores, entre ellos, la banca, por la crisis.
Ernst_Junger
¿Y de dónde salió el dinero que sirvió para sacar del agujero a alguna que otra entidad durante los años de la crisis de 2008?
Karl
"Si votas por políticos que prometen darte cosas quitándole el dinero a otros, no tendrás derecho a quejarte cuando te quiten tu dinero y se lo den a otros, incluyendo a ellos mismos." ~Thomas Sowell
Bocataking
El que ha sido consejero delegado de una caja de ahorros hablando de la gran banca