El PNV gana las elecciones en el País Vasco en votos, pero empata en escaños con EH Bildu. Ambas formaciones nacionalistas contarán con 27 asientos en la Cámara autonómica tras conseguir un 35'2% y un 32'5% de las papeletas, respectivamente. Los conservadores confirman su decadencia electoral perdiendo cuatro escaños y los abertzales, por contraposición, su auge como opción política tras una legislatura de enjuague institucional en Madrid como socio preferente del Gobierno de coalición que lidera Pedro Sánchez.
No obstante, será Imanol Pradales quien cogerá el testigo de Iñigo Urkullu para ser investido lehendakari gracias al apoyo de los 12 diputados autonómicos cosechados por el PSE. El PNV, por primera vez, y tras ganar en abril de 2020 en las tres provincias vascas, gobernará tras ser doblegado tanto en Guipúzcoa como en Álava por Bildu. Mientras los jeltzales pierden dos diputados por Álava y uno tanto en Vizcaya como en Guipúzcoa; los de Arnaldo Otegi ha subido dos escaños en las tres plazas de Euskadi.
Eneko Andueza mejora en dos escaños su resultado de abril de 2020 y jeltzales y socialistas estarían en condiciones de revalidar la misma fórmula que la pactada en las dos últimas legislaturas. Un dominio peneuvista en Ajuria Enea, sin consejeros socialistas, pero con un estable apoyo parlamentario. Lo harían superando en un diputado la mayoría necesaria para afrontar sin problemas las votaciones en Vitoria, sede del Parlamento Vasco. Por tanto, y a la espera de en qué quedará la petición postrera de Pradales en la campaña acerca de un referéndum de autodeterminación, todo seguirá igual en Euskadi.
Pero el resultado de Pello Otxandiano, el candidato elegido por Arnaldo Otegi para tocar la nueva música de Bildu, pasando de 21 a 27 diputados, supone la consagración definitiva de los herederos de Herri Batasuna, brazo político de ETA. Que Otxandiano se resistiera a definir a la banda terrorista como tal en una entrevista en la Cadena SER supuso el gran hito de la campaña. La controversia en torno a la que giró el debate hasta el final.
Un error no forzado que desató una polémica hasta entonces evitada por las diferentes fuerzas políticas: la de hacer de ETA un elemento de debate más. Se trata de un hecho, además, seguramente determinante en el resultado final. En consonancia con otras encuestas publicadas el lunes anterior a las elecciones, la elaborada por Hamalgama Métrica para Vozpópuli otorgaba la victoria a EH Bildu frente a un PNV superior en votos por 29-28. Finalmente, ambos partidos han conseguido dos y un escaños menos. Un extremo que no adelgaza el claro predominio nacionalista e independentista, la opción elegida por siete de cada 10 votantes vascos.
Por su parte, el candidato popular Javier de Andrés mejora el último resultado de Carlos Iturgaiz, pasando de seis a siete escaños. Un diputado más en el País Vasco con el que salvar los muebles de las tibias expectativas del PP, cuyas esperanzas de alcanzar los dos dígitos y disputar al PSE la tercera plaza se desinflaron hace semanas. De Andrés, eso sí, pasa de la quinta a la cuarta plaza tras la desaparición de Elkarrekin Podemos. Y lo hace sin conseguir la victoria sentimental –De Andrés fue diputado general de esta provincia vasca entre 2011 y 2015– de ganar al PSE en un tradicional feudo popular.
La buena noticia para el PP es su capacidad para nutrirse del voto de Ciudadanos, partido con el que compartieron coalición hace cuatro años. La mala, su condena a la irrelevancia una legislatura más en el País Vasco. Los populares no podrán ser "decisivos", según el anhelo verbalizado por Alberto Núñez Feijóo en los últimos compases de la campaña, tras alcanzar PNV y PSE los 38 escaños en el Parlamento Vasco y no necesitar a un tercero para la brega parlamentaria.
Un escaño para Vox y Sumar
Habida cuenta de que casi ninguna encuesta contaba con su presencia en la próxima legislatura vasca, se trata de la gran sorpresa de la noche. Sumar, el partido de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que inclusó se borró del mitin final de campaña en Bilbao ante los pésimos augurios, contará con un diputado en el Parlamento vasco. La coalición, integrada por Esker Anitza, Berdeak Equo y Más Euskadi, estará representada por Jon Hernández, secretario general del PCE en el País Vasco, cuota de Izquierda Unida y cabeza de lista por Álava.
El espacio a la izquierda del PSE no independentista pasa de los seis escaños de Elkarrekin Podemos a este sólo diputado, dada la desaparición de los morados del panorama político vasco tras este 21-A. Podemos no contará con representación pese a superar en votos a un Vox que, como Sumar, contará con un sólo diputado, también por la circunscripción alavesa. La formación de Santiago Abascal aguanta en el Parlamento vasco tras estar en el alambre su escaño durante todo el recuento. La presencia de Amaia Martínez ha aparecido y desaparecido toda la noche, si bien, finalmente, en Bambú cumplen sus escasas expectativas y revalidan su representación.
SonWeb
España expulsada de Euskadi, como lo fue en América: derrotada por el nacionalismo. Resistió mientras el patriotismo español prevalecía sobre el vasco. Existía un frente; ahora, no lo hay. La derrota no solo se debe al terrorismo, al miedo que expulsó a miles de votantes vasco-españoles de su tierra; se debe a que la endogamia euskérica no ha tenido rival en más de 40 años que se le opusiera en la educación, la cultura, la política y las instituciones; en el relato mediático, en la defensa de los valores identitarios. La antipatía hacia toda seña identitaria española se inculca desde la cuna, así como el aborrecimiento hacia todo elemento simbólico e institucional de la Monarquía. ETA abrió camino al nacionalismo vasco, pero esta vergonzosa derrota es consecuencia de la inacción voluntaria del PP y del PSOE en defensa de los intereses de España al sumar los votos separatistas en el Parlamento español. El triunfo euskaldún se debe principalmente al egoísmo político de estos partidos.
Stephen Dedalus
Las Vascongadas están perdidas. Ganan rojos, etarras y recogenueces.
Sevilla
PNV Y ETA han empatado.