Oriente Medio ha superado uno de sus fines de semana más tensos de los últimos años a propósito del ataque con drones y misiles de Irán a Israel. Una agresión de la que Benjamin Netanyahu sale reforzado, ya que el escudo defensivo del país se ha comportado de forma sobresaliente y además ha visto cómo la comunidad internacional le ha respaldado pese a encontrarse en su peor momento de popularidad desde que comenzase el conflicto en Gaza.
Por el lado de Irán no habrá una nueva escalada del conflicto después de que la Misión Permanente del país asegurara que diera "por concluido" el asunto. Desde Teherán sostienen que han atacado Israel en base al Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, que habla sobre la legítima defensa, después del bombardeo del consultado iraní en Damasco. Hosein Amirabdolahian, ministro de Exteriores del país, ha apuntado en la misma dirección: "En estos momentos, la República Islámica de Irán no tiene intención de continuar sus operaciones defensivas, pero si fuera necesario no dudaría en proteger sus intereses legítimos ante cualquier nueva agresión".
De este modo, Irán deja sobre el tejado de Netanyahu la posibilidad de escalar el conflicto, una posibilidad que desde Israel valoran, aunque no de manera inmediata. Así lo ha manifestado Isaac Herzog, presidente israelí, que ha asegurado que el lanzamiento de misiles es una "declaración de guerra" y que por tanto, su nación debe estudiar "todas las opciones" para responde al ataque. Pese a ello, Herzog ha sostenido que en su país no quieren la guerra y que se tomarán medidas "para proteger y defender" a la población.
Pese a todo, el mensaje belicista que exhibía Netanyahu durante la noche del sábado tras conocerse el ataque se ha rebajado, en parte gracias a la influencia de sus socios. Ha pasado de prometer un contraataque a prometer consecuencias sin definir cuáles son. Lo cierto es que Joe Biden, presidente de Estados Unidos, su principal socio, ha pedido al primer ministro que considere como "un éxito rotundo" el haber interceptado el 99% de los proyectiles. El presidente norteamericano considera que tal hazaña ya supone "un mensaje para sus enemigos" y le ha felicitado por la operación defensiva.
Desde Estados Unidos ya han avisado a Netanyahu: su país no participará en una operación militar de ataque. Al igual que las fuerzas armadas norteamericanas utilizaron dos buques y a su fuerza aérea para defender a Israel de los misiles, no formará parte de ninguna ofensiva contra el régimen de Teherán.
La petición de Biden es similar a la que ha realizado la comunidad internacional. Aliados como Reino Unido, Francia o Alemania también han condenado sin paliativos el ataque, pero han pedido mesura. Un mensaje parecido al que han emitido las principales voces autorizadas de la Unión Europea. Desde Ursula von der Leyen hasta Josep Borrell han pedido "mesura" a Netanyahu a la hora de responder al ataque.
En Israel, por tanto, ya saben que de realizar un ataque sobre Irán, lo harán en solitario y sin el apoyo internacional que le ha respaldado a la hora de defender su espacio aéreo. Por tanto, Netanyahu y su gabinete de guerra deben decidir si realizar un ataque que le haga perder amistades a nivel internacional o dejar las cosas como están tras un éxito defensivo de gran calado en el que no ha habido víctimas mortales.
De esta forma, se enfría una crisis que ha llegado a niveles máximos de tensión, con más de 120 misiles balísticos lanzados sobre territorio israelí, además de 30 misiles de crucero y 170 drones no tripulados.
Leonidas
Netanyahu es otro corrupto como zelenski, que sacrifica a su gente por seguir en el poder